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123 Ángel Rodríguez García-Brazales, Jorge Turmo Arnal y Óscar Vara Crespo El efecto de los desequilibrios económicos globales en la estrategia militar de los EEUU y China China tiene un amplio margen de mejora que puede aprovechar. Eso implica que el ejército chino reclute amplios contingentes de ingenieros y técnicos de nivel medio; o, alternativamente, que contrate a empresas privadas o público-privadas que dispongan de ellos, para acometer todos los procesos. Dado el tipo de productos y su valor añadido, los salarios y otras remuneraciones que recibirán los trabajadores serán bastante más altos y afectarán a cantidades significativas de la población. Además, los conocimientos tecnológicos obtenidos en la investigación militar se transferirán -como ha ocurrido siempre- a usos civiles de la tecnología, dando lugar a un incremento generalizado del contenido tecnológico de los bienes y servicios en general. Y a más contenido tecnológico, más valor añadido de los bienes y servicios y salarios más elevados. Además, las empresas de todo tipo que participen en este tipo de proyectos serán capaces de poner en el mercado bienes y servicios añadidos, de uso civil, como consecuencia de lo aprendido investigando para resolver problemas militares. El gobierno chino reducirá así los contingentes de las Fuerzas Armadas (por ejemplo reservas o fuerzas auxiliares) para destinar esos recursos, junto con los derivados del incremento de la economía, a reforzar este tipo de programas. Las consecuencias en términos militares son obvias: por un lado, se podrá desarrollar tecnología militar que no existe en otros países, aunque esto no puede afirmarse a priori con rotundidad. Por otro, y aquí no hay duda alguna, las Fuerzas Armadas chinas incrementarán y generalizarán la tecnología de que disponen y se generalizará por lo que cada una de sus unidades será mucho más efectivas. La diferencia tecnológica entre las Fuerzas Armadas de EEUU y China se reducirá, en lo que constituye la primera condición para variar la relación de fuerzas global entre ambas potencias. Lo más importante en este punto es ser consciente de que esta vía es una de las más operativas que tiene el estado chino para incrementar la demanda privada en su país, además de los fondos dedicados a las infraestructuras. Las grandes empresas públicas de China, aunque producen mucho, son poco eficientes. Y las mejoras en la eficiencia se implantan con lentitud. En cambio, incentivar con dinero público el desarrollo y crecimiento de un potente sector económico dedicado a impulsar la tecnología militar, que después puede tener un uso civil, es relativamente sencillo. Los recursos económicos existen por el crecimiento de la economía y por la facilidad de reducir los efectivos militares, y los recursos humanos para desarrollar la tecnología militar están también disponibles. Y, en muchos casos, trabajando en puestos para los que les sobra cualificación. Tampoco debemos olvidar que el Ejército Popular de Liberación es una de las co-lumnas vertebrales, junto con el Partido Comunista, de la China actual, y que sus de-mandas de renovación y mejora tecnológica serán atendidas. No por casualidad, uno de los cargos más importantes en China es la Presidencia del Comité Militar, ocupado tradicionalmente por el líder chino de turno. En consecuencia, las probabilidades de que este escenario se haga realidad son bastante altas. En combinación con las restric-


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