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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

LA FORTIFICACIÓN DEL CAMPO DE GIBRALTAR TRAS... 111 objeto individual pierden parte de su significado más relevante, el de pertenencia a un conjunto dispuesto siguiendo unos principios tácticos. Baterías de costa, emplazamientos antiaéreos, refugios para proyectores de iluminación, kilómetros de carreteras, nidos para ametralladoras y para cañones anticarro; todos ellos subsistemas y componentes de un proyecto común. En cuanto a la denominación de estas fortificaciones, se utilizarán en este documento los términos «búnker» y «fortín» para definir a la célula básica del subsistema para la defensa del frente de tierra y contra desembarcos en el litoral del Campo de Gibraltar. La palabra «búnker» no ha sido detectada por el momento en ningún texto español hasta un artículo fechado en 19423: es con la Segunda Guerra Mundial cuando comienza a aparecer la expresión con cierta frecuencia, vinculada bien a miembros de la División Azul, que exportan el vocablo directamente del alemán; o bien a traducciones literales del término a partir de artículos de autores extranjeros4. Se explica de este modo que en la documentación de archivo relacionada con el Campo de Gibraltar no aparezca en ningún caso la palabra «búnker» de forma específica, sino que en la mayoría de ocasiones se utilizan los más genéricos «obra» o «abrigo» para hacer referencia a cualquier construcción de carácter defensivo: «… bajo el nombre de abrigo se designa tanto la protección elemental que podemos hacer de una trinchera cubriéndola total o parcialmente con una pequeña protección de tierras, ramaje y rollizos; como las grandes obras de hormigón, de varios pisos enterrados, que se utilizan en las grandes fortificaciones modernas»5. Coloquialmente, estas «obras de hormigón» son conocidas por los campogibraltareños como «fortines», independientemente del uso al que estuvieran destinadas. Si bien es cierto que este término aparece en muy contadas ocasiones en la documentación de archivo vinculada a la zona, el hecho de que sea la denominación más extendida en la cultura popular hace pensar que era este y no otro el apelativo utilizado por los facultados para ejecutar las órdenes recibidas, de modo que habría sido la tradición oral la encargada de propagar el uso de esta expresión. Es preciso reiterar que en el Campo de Gibraltar ambos términos hacen mención de forma genérica a una construcción militar contemporánea, de hormigón o mampostería, con característi- 3  RUIZ LÓPEZ, José: «Barreamientos (‘”Sperren”-“Barrages”)», en Ejército, Revista Ilustrada de las Armas y Servicios, 26, 1942, pág. 24. 4  RODRÍGUEZ CANO, Alberto: «Organización defensiva de sector regimental. Un caso concreto», en Ejército, Revista Ilustrada de las Armas y Servicios, 52, 1944, pág. 20. Aparece la palabra castellanizada «búnquer». El entrecomillado parece significar una apropiación directa del término. 5  ACADEMIA DE INGENIEROS: Fortificación, 1.º, 3. Imprenta Aldecoa, Burgos, 1941, parte II, pág. 83. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 109-156. ISSN: 0482-5748


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