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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

112 FEDERICO ARÉVALO - ALBERTO ATANASIO cas similares pero sin distinción entre los diferentes usos a los que puede estar destinada cada una de esas construcciones según su función primaria, esto es: nidos para ametralladoras, observatorios artilleros, refugios para proyectores de iluminación, etc. Deseamos señalar por último que el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua admite las dos designaciones y las establece como sinónimos: «búnker. (Del alemán bunker, y este del inglés bunker, carbonera de un barco): 1. m. fortín (‖ fuerte pequeño)». El Diccionario panhispánico de dudas desaconseja, por minoritaria, la grafía «búnquer»; y establece el plural como «búnkeres». Por tanto, y a pesar del debate surgido en torno a esta cuestión sobre la adecuación de los términos, aquí se utilizarán indistintamente ambos vocablos para designar exclusivamente al subelemento de resistencia —nido para ametralladoras o para anticarro— perteneciente al sistema de defensa contra desembarcos y para el frente de tierra. Quizá sea este el más representativo de todo el conjunto, tanto en número como en presencia de obras a lo largo de la costa. Son los búnkeres o fortines que jalonan abandonados las playas del sur de la provincia de Cádiz. A pesar de esa representatividad, y de la aceptación popular de su existencia, son pocos los que conocen el origen y el porqué de estas construcciones. Más aún, decidida la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a declarar el conjunto como bien de interés cultural6 —la máxima figura de protección patrimonial a nivel estatal— todavía no existe un documento riguroso en donde se recoja la extensión territorial que llegó a alcanzar este sistema. Conocemos, por algunos de los títulos ya mencionados, detalles sobre las órdenes iniciales, sobre algunas de las obras ejecutadas o sobre las unidades que fueron enviadas al Campo de Gibraltar para diseñar y ejecutar la fortificación7. Pero no hay nada acerca del desarrollo completo del sistema y su repercusión en los ciento veinte kilómetros de franja litoral desde Conil hasta San Roque, salvo algunas transcripciones literales de las órdenes o algunas breves descripciones. Aquí proponemos visualizar el conjunto, recurrir a la cartografía para que nos explique cómo se dispusieron las obras. De cara a una mejor comprensión de la fortificación del Campo de 6  La arquitectura del siglo xx cuenta con unas características especiales en cuanto a la catalogación y entendimiento de sus valores patrimoniales. Consúltese ARÉVALO RODRÍGUEZ, Federico y DEL BOSCH MARTÍN, Cristina: «La pérdida inconsciente de los valores patrimoniales intangibles en la arquitectura. Uso, espacio y reflejo» en International Conference Intervention Approaches for the 20th Century Architectural Heritage. Madrid, 2011. 7  Además de los ya mencionados, debemos añadir DE SEQUERA MARTÍNEZ, Luis: «La fortificación española de los años 40», en Revista de Historia Militar, 86, 1999, pp. 194-231. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 109-156. ISSN: 0482-5748


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