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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

16 NICOLÁS AGRAIT CORDERO ir juntos a rescatar Tarifa del cerco marroquí9. Una reunión de tan alto nivel siempre estaría acompañada de encuentros y conversaciones entre oficiales importantes de ambos lados y el intercambio de noticias e información, ya fuese entre los que habían preparado el terreno para el evento o los que se conocían por primera vez. Sin embargo, las cumbres eran acontecimientos excepcionales, así que la gran mayoría del contacto entre reinos tenía lugar con el intercambio de embajadas y la presencia de emisarios, cuya defensa de los intereses de los gobiernos que representaban recaía en gran parte en la emisión periódica de mensajes a sus superiores sobre las figuras, sucesos y condiciones que presenciaban en sus misiones. Aunque la información que se transmitiese fuese de índole secreta, ciertamente estos individuos se movían abiertamente en los reinos foráneos. La Administración aragonesa de Jaime II tuvo como emisarios a Pedro de Gay y a Domingo García de Echauri, sacristán de Tarazona y canciller de la infanta Leonor, especialmente durante los difíciles momentos a comienzos del siglo XIV10. Lo mismo se puede afirmar del resto de los reinos del Estrecho, ya sea Castilla, Granada, Marruecos o Portugal. Finalmente, las cortes reales se informaban de los acontecimientos extranjeros gracias al constante envío y recibo de misivas oficiales. En este caso, no era suficiente contactar con el soberano, ya que en algunas ocasiones, en concreto las minorías de Fernando IV y Alfonso XI, resultaba difícil determinar quién exactamente estaba al mando del país. Por esa razón podemos ver como, por ejemplo, el monarca de Aragón se mantuvo en contacto con sus homólogos portugués Dinis (1279-1325) y granadino Muḥammad II (1273-1302) en cuanto a la situación en Castilla a principio de siglo, luego con doña María de Molina, los infantes Pedro y Juan durante la primera tutoría de Alfonso y más tarde con don Juan Manuel y el infante Felipe durante la segunda11. Después del final de la tutoría en Castilla, el flujo de cartas y mensajes entre las dos monarquías no se redujo, especialmente durante el período durante el cual el monarca castellano emprendió sus más importantes campañas en el Estrecho. En todos estos casos se puede asumir que el flujo de información era más o menos recíproco. Pero indudablemente todos los soberanos entendían que necesitaban obtener información más allá de la que conseguían por vías oficiales, así que todos se esmeraron en mantener contactos «no oficiales» 9  Crónica del muy alto e muy católico rey don Alfonso el onceno, Ed. BAE 66, M. Rivadeneyra, Madrid, 1875, vol. 1, p. 320. 10  GIMÉNEZ SOLER, Andrés: Don Juan Manuel. Biografía y estudio crítico. Ed. Tip, La Académica, Zaragoza, 1932, pp. 273, 301, 305, 315-17, 319, 336, 359, 396, docs. 57, 96, 120, 122, 125, 151, 185, 229. 11  Ibídem, pp. 245, 248, 257, 409, 418, 423-26, 431-32, 433-35, 501, docs. 27, 41, 32, 244, 255, 263, 265, 272-73, 275-77, 376. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 11-40. ISSN: 0482-5748


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