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206 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 0 / 2012 de la sociedad desde la Presidencia de la República. Se trata de crear un modelo que, sin defraudar a los votantes del islamismo, sea compatible con la otra realidad laica y progresista de Egipto. Entre los argumentos que permiten entender la proximidad o distanciamiento en-tre los Hermanos Musulmanes y los salafistas, se encuentra el relacionado con el futu-ro sistema político. El modelo turco, musulmán y democrático, presenta una versión mucho más integradora y persuasiva que el ofrecido por los islamistas más radicales. No obstante, no se puede asumir nuevamente que será sencilla la reproducción de modelos, incluso tratándose de uno en el que la opción religiosa se hace compatible con la dinámica democrática. La trayectoria histórica del sistema político turco nada tiene que ver con la egipcia; menos aún con los Hermanos Musulmanes. De hecho, el Partido Justicia y Desarrollo, fundado por el actual primer ministro turco, Tayyeb Erdogan, en 2001, actúa sobre las bases de un Estado secular, pero no es ésta la versión de Estado a la que aspiran los seguidores de al-Banna. En Egipto existe un intenso debate, entre la concepción secular del Estado, defendida por los liberales, y la confe-sional de los islamistas. Anticipándose al probable triunfo electoral de estos últimos, se recurrió a la autoridad moral del gran imam de al-Azhar, Ahmed al-Tayyeb, a fin de encontrar una salida a la polémica. En un documento aceptado por todas las partes, se definió el futuro Estado como “moderno, democrático y constitucional”, que, sin embargo, deberá estar regido por la sharia, que lo convertiría en confesional. Según lo que asegura la Hermandad, se puede considerar que el gobierno confesional no está en contradicción con el respeto a la pluralidad religiosa. Pero es obvio que difiere notablemente del modelo turco. Para los Hermanos Musulmanes, los valores de la comunidad tienen prioridad so-bre las libertades y derechos individuales, discusión que deberá resolverse en la apli-cación de la democracia. Por tanto, parte de la evolución ideológica de estos sectores tendría que llevar consigo este cambio. Hay quien observa que este principio no había sido obstáculo para la participación política en los comicios de 2005. Pero sus efectos no han sido probados en un régimen controlado por el partido de Mubarak. Tras el fortalecimiento de la Hermandad, a raíz del amplísimo respaldo por parte de la sociedad egipcia en las elecciones legislativas, Mohamed Badie insistió26 en su in-tención de reconciliar la doctrina islámica con los valores democráticos, refiriéndose al principio de la shura o consulta. Sin embargo, el panorama sigue resultando un tanto ambiguo en cuanto a sus aspiraciones respecto al cambio que esperan de la sociedad egipcia. Esta confusión favorece las teorías conspiratorias de aquellos que mantienen sus temores que se trate sólo de un juego de palabras. De hecho, quienes lo consideran así, entienden que la flexibilidad que muestran los líderes de los Hermanos Musulmanes es únicamente una nueva etapa en la teoría del “Gradualismo”, expuesta por el propio 26  Halawa, Omar: “Brotherhood close to achieving its ultimate goal, says Badie” en Egypt Indepen-dent, 29 de diciembre de 2011. http://www.almasryalyoum.com/en/node/574431.


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