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56 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 0 / 2012 y ellos insistían en que eran esos mismos ancianos los que estaban beneficiándose reci-biendo sobornos por el proyecto, por lo que no estaban interesados en los problemas que pudiera tener la gente. A menudo eran los jóvenes a los que más molestaba la exclusiva dependencia de los ancianos, en la creencia de que estos hombres mayores eran ajenos a las necesidades de una nueva generación que vivía en una era distinta que ellos. Pero estos comentarios surgían también cuando hablaba con hombres de mediana edad, que luchaban por llegar a fin de mes y alimentar a sus familias. Estos hombres estaban frustrados y en-fadados, necesitando de su gobierno solidez y apoyo, pero encontrándose literalmente arrancados de cualquier medio genuino de interacción o de petición ante las autorida-des locales. Un tendero rozando la treintena que vivía en el Distrito de Jusef Khel, de la Provincia de Paktika, me dijo: “tenemos ancianos que van al Vice-Gobernador de Distrito pero que no realizan un buen papel representando nuestras opiniones. Pero no tenemos derecho a acudir nosotros mismos al Vice-Gobernador de Distrito” Una posible solución para este problema sería que el Gobernador del Distrito visitara re-gularmente las aldeas para escuchar directamente las preocupaciones y los problemas cotidianos de los aldeanos. Por el contrario, son pocos y muy alejados entre sí los Vice- Gobernadores de Distrito que lo hacen voluntariamente y sin escolta de las fuerzas de la coalición, por lo peligroso de la perspectiva. Igualmente, los que lo hacen son muy queridos por ello. 3: “Es importante tener miembros en la shura que representen a la juventud y puedan aconsejar a los jóvenes”, decía un joven “anciano” de Mandozai, blandiendo su documento de identidad. El salto generacional es un problema cada vez mayor en muchas zonas del país. Las culturas presentes en Afganistán, en particular la pashtun, tradicionalmente incluyen el respeto por los ancianos y sitúan la mayor parte de la autoridad en manos de los mayores. Por ello, hay muchos jóvenes que piensan que no tienen derecho a cuestionar abiertamente dicha autoridad. Sin embargo, en una sociedad que cambia a un ritmo frenético, cabe la posibilidad de que los mayores no puedan ya proporcionar la útil perspectiva que aportaban en el pasado14. Son otros los que ahora dominan la escena 14 � El lento declive del sistema de autoridad de los ancianos es una característica social común en todo el mundo, en particular en aquellas zonas donde la agricultura (y con ella la consolidación de la propiedad en manos de un puñado de terratenientes más mayores) no es el pilar de la economía local.


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