Page 45

REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2014

EL EJÉRCITO DE LOS AUSTRIAS Y LA CRISIS SUCESORIA DE LA... 45 La constatación de que España en 1700 se encontraba saliendo ya del túnel de la decadencia y que algunos cimientos de la modernización estaban echados –aunque no podemos olvidar las grandes bolsas de atraso ni pensar que en todas las comarcas de la Monarquía la recuperación era una realidad– la tenemos en la facilidad con la que la España borbónica de la posguerra de Sucesión pudo enfrentarse a Europa poniendo en riesgo el sistema de Utrecht. No hubiera sido posible que Felipe V desafiase a Francia, Gran Bretaña, Holanda y Austria en fechas tan tempranas como 1717 y 1718 (tan solo cuatro años después de acabar la guerra) si la España que recibió en 1700 al entrar a reinar hubiese sido la España tan lamentablemente despo-seída de hombres, riquezas, ejércitos, armadas, industrias… como se había presentado por los historiadores borbónicos. Es más, la guerra de Sucesión (1702-1714) tuvo por escenarios todos los mares y territorios europeos de la Monarquía Hispánica (Milanesado, Nápoles, Países Bajos) pero también se luchó al sur de los Pirineos. Después de muchos siglos, soldados extranjeros combatían dentro de las fronteras peninsulares. Fue una guerra entre po-tencias (Gran Bretaña, Holanda, Portugal y Austria contra los Borbones de Francia y de España) a la vez que una guerra civil (la Corona de Aragón fue, desde 1705, partidaria de Carlos de Austria frente a una Castilla que defen-día al rey Felipe V de Borbón) y de todo ello se deriva una gran destrucción. Pues bien, ¿cómo pudo restaurar en tan poco tiempo sus heridas? Solo es posible contestar con los argumentos arriba citados: la realidad española en 1700 no era tan negra como la historiografía tradicional ha venido mante-niendo. El tiempo de la crisis –crisis que existió, indudablemente– no se ex-tiende a lo largo de todo el siglo XVII. Y la decadencia –que también se dio– rebajó a la Monarquía Hispánica a un papel de segundo orden en Europa y le hizo perder algunos territorios, pero siguió manteniendo el mayor imperio colonial existente con los consiguientes recursos potenciales. Es más, am-plió ese imperio ultramarino. Storrs, en su artículo citado arriba recuerda que «In South America, Antonio Sánchez de Arellana extended Spanish do-minion in the Amazon región east of Quito in the 1690’s. In Central América Spanish forces had begun the conquest of the ‘last Maya kingdom’. Further north, the Spaniards had permanently reconquered New Mexico (between 1693 and 1697), following the Pueblo revolt; and had established more pre-sidios (manned By Professional soldiers) on that frontier. Carlos II’s forces had also further entrenched themselves in Florida, at Pensacola (1698) and were venturing into Texas. Indirectly, via the Jesuits, Spanish penetration of the Californias had resumed from 1697 (…) Beyond the Americas, the 1690’s had also seen the continued expansión of Spanish dominion in the Pacific, where the Marianas (1688) and Carolinas (1686) had been claimed Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2014, pp. 39-54. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2014
To see the actual publication please follow the link above