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AEROPLANO 31

El capitán Emilio Jiménez Millas, segundo aviador militar accidentado grave el día 9 de abril de necesario mantener el material volante y formar al personal encargado del mantenimiento, se esperaba la llegada de nuevo material y tres pilotos de la 1ª, Barrón, Herrera y Kindelán, se estaban preparando para actuar como profesores de una nueva promoción. La 2º promoción empezó a formarse a partir de la Real Orden de 27 de noviembre de 1911 por la que se modificaba el Reglamento para la prueba de aeroplanos, eliminando la exclusividad existente atribuida a los Ingenieros, quedando los cursos de pilotos abiertos a todos los miembros de las distintas Armas y cuerpos del Ejército. Esta decisión, lejos de ser un gesto de generosidad por parte del Cuerpo de Ingenieros, como en alguna ocasión dio a entender Kindelán, fue totalmente lógica, correctamente aplicada, en absoluto improvisada y perfectamente coherente con otra similar tomada el mes de mayo de 1908 por la que “se abrían de forma general los ejercicios y prácticas de aerostación a los jefes y oficiales de las distintas Armas y Cuerpos del Ejército y de la Armada”. En el EMC, se registraron cincuenta y cuatro peticiones para asistir a las escuelas prácticas previas de aviación, entre las cuales estaban las peticiones de varios de los componentes de la 2ª promoción, figurando en primer lugar Celestino Bayo con fecha de inscripción 21 de noviembre. El día 5 de diciembre, el Subsecretario de Estado trasladó al Ministro de la Guerra un escrito remitido por el Embajador de Italia en la Corte, preguntando “si los que tienen el título de pilotos aviadores de la Escuela de Aviación del Reino, podrían encontrar empleo en el Ejército español ó en los especiales institutos del Gobierno de Su Majestad Católica”. Todo quedó en una petición poco corriente, sin que se haya localizado la respuesta, si es que la hubo13. Con fecha 30 de noviembre y 27 de diciembre 1911, el coronel Vives cursó a la Jefatura de Ingenieros (Banús) sendos escritos14 solicitando la construcción de dos barracones para cobijar y conservar “los aeroplanos recientemente encargados a las casas Nieuport y Doutre de Paris” y sugería que su construcción sería mejor y más barata si pudiera realizarse en los Talleres del Material de Ingenieros de Guadalajara. Por supuesto que la razonada petición de Vives fue atendida, aunque llevó algún tiempo. Los barracones fueron montados en Cuatro Vientos exactamente un año después, pero de esta nota de petición de Vives podemos extraer, con cierta seguridad, la fecha de adquisición de los primeros monoplanos Nieuport y la del Doutre (que era un Farman equipado con el estabilizador Doutre). Pero cuando parecía que el año 1911 podría finalizar felizmente, el día 30 de diciembre se produjo el accidente del capitán Enrique Arrillaga López. Realizando un vuelo de entrenamiento con el H. Farman nº 1, al regresar para toma final inexplicablemente se estrelló, resultando tan mal herido que se vio forzado a dejar de volar y, peor aún, perdió la carrera militar pasando al cuerpo de mutilados. Una seria advertencia de que el pilotaje de los aeroplanos, considerado un deporte por algunos sectores de la sociedad, no era precisamente una broma. Con el nuevo año, el Agregado Militar de la Embajada de España en Londres, comandante de Artillería Julio Vicens Rozalén, envió al 2º Jefe del EMC una carta manuscrita fechada el día 5 de enero de 1912, en la que decía: “con motivo de la proyectada creación de una Sección de Aviación en el Ejército inglés, el War Office me hace las preguntas contenidas en el cuestionario adjunto, deseando tener información de la información análoga en las demás potencias amigas”. El comandante Vicens, que ignoraba hasta que punto podía facilitar lo solicitado, hacía su trabajo pidiendo instrucciones y finalizaba “esperando que V.E. se sirva aprobar mi contestación al War Office y resolver en su superior criterio, ruego se sirva contestar a la brevedad posible, por demandar la información con urgencia”. El cuestionario constaba de siete preguntas solicitando el número de aeropla- 10 1912, convaleciente de sus heridas ya en su domicilio. (Foto prensa gráfica de la época) Con su informe al Rey planteando la creación de una Aviación Milita española, Kindelán ponía de manifiesto su gran talento y excepcional conocimiento de las jóvenes aviaciones militares de otros países El capitán Celestino Bayo Lucía, primer aviador militar fallecido en accidente de aviación (Foto extraída de otra, en grupo, archivada en el AHEA, DIG-00-271-04) >


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