Page 149

AEROPLANO 31

aceptando la evidencia. Y terminó por disculparse. Nosotros nos fuimos del despacho. Al día siguiente me lo tropecé por las escaleras. Herr Professor subía hacia la segunda planta. Vino hacia mi sonriente y me estrechó la mano con una amabilidad extrema. Desde aquel día me incorporó a su círculo próximo de colaboradores. —¿Era tozudo Messerschmitt? —Bueno, se resistía, pero luego, a veces… podías hacerle cambiar. Recuerdo especialmente el diseño del ala. Messerschmitt había previsto una zona central con largueros perpendiculares al fuselaje. Era algo que hoy podría hacerse fácilmente con una máquina de control numérico, pero que resultaba imposible con la tecnología de La Hispano en 1957. En su lugar, proponía yo que todos los largueros confluyeran directamente, como un abanico, desde el encastre hasta el borde marginal. Pero Messerschmitt se negó en redondo. Es imposible –me dijo– nunca verá usted un ala delta con esa estructura. —¿Y ahí quedo todo? —Quedó…Hasta que días después, paseando por Sevilla, me detuve, por casualidad, en el escaparate de una juguetería. Para mi sorpresa, había allí un avión de ala delta, que guardaba un lejano parecido con el F-102. Le pedí al vendedor que me lo enseñara, y al fijarme en el ala, comprobé que las líneas de remaches simulaban los largueros de la misma forma que yo había previsto. Como es lógico, lo compré. Al día siguiente me atreví a presentarme en el despacho de Messerschmitt con él juguete en la mano. Vea –le dije– esto es lo que pretendemos; es la misma lógica que ha empleado el autor del juguete. Messerschmitt, al final, aceptaría parcialmente mi solución. —Por cierto, hablando de la apariencia externa del HA-300, ví varios modelos de entradas de aire. —Bueno, ese fue otro asunto. Un ingeniero alemán llamado Oswatisch había previsto, sin llegarla a proyectar, una entrada única; tenía forma de boca de tiburón y se situaba bajo la cabina del caza. El problema es que Oswatisch nunca apareció por Sevilla. Yo veía que el diseño del caza avanzaba y que la toma no terminaba de concretarse; así que abordé a Rafael Rubio y le dije: oye, Rubio, qué te parece si pintamos nosotros dos tomas laterales con un semicono en la admisión, eso lo podemos hacer perfectamente, yo la proyecto y tu la calculas. Rubio, un ingeniero inteligentísimo, me dijo que sí, de manera que nos fuimos a ver a Herr Professor. Pero la propuesta no terminó de caerle bien: al principio se negó, dijo que con aquellas tomas de aire el HA-300 se iba a parecer demasiado al Mirage III. Luego ya fue cambiando de parecer y finalmente la maqueta a tamaño real terminó llevando las tomas laterales que habíamos proyectado. —¿De quién fue idea hacer el planeador? —Yo creo que de Messerschmitt. El habría decidido hacer una maqueta volante del caza, un planeador desprovisto, obviamente, de tomas de aire. Se encargó su proyecto a AISA, pero por alguna razón los planos que recibimos no estaban completos. Me ordenaron terminarlos. La verdad es que no faltaba 147 Josué Hernández Carrillo > Montaje de Saetas e IRAN de T-33.


AEROPLANO 31
To see the actual publication please follow the link above