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esforzados constructores idénticos resultados. Los estudios entorno a las aeronaves de alas rotatorias, y más concretamente los relacionados con los autogiros, fueron una constante en la historia de Aeronáutica Industrial S.A. (AISA) En esta línea, a finales de los años sesenta, la empresa se encontraba inmersa en el desarrollo del modelo denominado AISA GN. Con la finalidad de introducirle en los secretos del autogiro, durante el mes de septiembre de 1971, el piloto de pruebas de la campañía, Julio García Sánchez, partió con destino a los Estados Unidos para llevar a cabo un curso de formación en la escuela del fabricante de autogiros Bensen Aircraft Corporation. Poco tiempo más tarde, las instalaciones de Aisa recibieron un kit correspondiente al modelo Bensen B-8M Gyro-Copter. El proceso de montaje de todos los elementos estructurales quedó en manos del maestro de taller Joaquín Losas. Los trámites admistrativos que dabían conducir a la puesta en vuelo de la pequeña aeronave fueron bastante complicados. Los responsables del proyecto trataron de abrir una vía a través del Reglamento publicado en el año 1956 y, de esta forma, estar en condiciones de obtener el Certificado de Navegabilidad Restringido. Sin embargo, el tener el Gyro-Copter su procedencia en un kit de montaje, solamente lo lograron El autogiro Bensen B-8M EC-BZN, montado por Aeronáutica Industrial S.A., tripulado por Julio García en parte. Pese a todo, el autogiro pudo causar alta en el Registro de Aeronaves con la matrícula EC-BZN. Tripulado en todas las ocasiones por Julio García, durante el resto de 1971 y buena parte de 1972, el autogiro estuvo desarrollando la actividad de vuelo que tenía programado, convertido en elemento de prácticas para su piloto. Desafortunadamente, el 12 de abril de 1972, en el curso de un rutinario vuelo de entrenamiento, el B-8M se estrelló en el aeródromo de Cuatro Vientos, pereciendo Julio García en el accidente. En Córdoba, Aurelio Castañeda Llamas fue otro de los primeros constructores amateur que decidieron realizar su proyecto particular en base a la reglamentación del año 1956. En su caso, el objeto de sus preferencias descansaba sobre el pequeño monoplaza de ala baja Druine D.31 Turbulent, equipado 171 durante un vuelo de entrenamiento. (Foto: Archivo José Antonio Delgado Vallina) Uno de los Bede BD-5 construidos por Jaime Oliver, de Palma de Mallorca. Se observa el fuselaje metálico completamente terminado a falta de motor.


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