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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 130

LA LUCHA ANTICORSARIA EN EL LITORAL MURCIANO DURANTE EL REINADO DE... su plan de atacar Carboneras, en la costa almeriense. En los meses siguientes pivotaron entre ambas islas y la costa de Almería, atrapando todo lo que les salía a su paso y desembarcando en diversos momentos en los términos de Orihuela y Lorca (4). En uno de esos desembarcos, escalaron la torre del Pinet, mataron a uno de sus guardas y capturaron a sus tres compañeros y a aquellas personas que se habían refugiado en su interior. Además, en las semanas siguientes atraparon varias naves cargadas con trigo y otros navíos y barcas (5). La pesadilla acabó a mediados de diciembre, cuando las galeotas se retiraron con su copioso botín rumbo a Argel. La de 1602 no fue menos terrible. El día 11 de agosto apareció Morato Arráez con nueve galeotas frente al cabo de Cope. Venía persiguiendo a tres saetías (dos francesas y una catalana). Ante el acoso de los corsarios, las tripulaciones de las saetías decidieron abandonar sus naves y ponerse a salvo en tierra. Rápidamente la noticia llegó a Lorca y esta acordó enviar la infantería de la ciudad, escoltada por la caballería, para defender la torre de Cope (6). La hueste lorquina llegó al amanecer del día 12 a las inmediaciones de Cope, sin avistar a los enemigos. Pero dos de sus capitanes, juan Felices quiñones y Luis Felices de Ureta, se adelantaron con alguna gente, llegando hasta los muros de la torre. Fue en ese momento cuando aparecieron más de mil moros y los forzaron a encerrarse dentro de ella, la cual escalaron con dos entenas, obligándoles a rendirse, tras una breve lucha en la que murieron seis personas. Nada pudo hacer el resto de la tropa lorquina, dada su inferioridad y escasez de armamento, para salvar a los 60 desgraciados que habían quedado atrapados en la torre de Cope. Los argelinos, una vez trasladados los presos a las galeotas, se ensañaron con la torre, a la que incendiaron y robaron la artillería y demás pertrechos militares. Estos hechos pusieron en alarma toda la costa, desde Águilas hasta Cartagena. y aunque se trató de negociar el rescate en el puerto de Escombreras, finalmente las conversaciones no dieron buen resultado y las galeotas se trasladaron hacia las costas de Alicante con su generoso botín. Fue una de las razias más trágicas sufridas por el litoral murciano en los siglos XVI y XVII (7). Con la muerte de este corsario en 1605 no disminuyó la presión del corso berberisco sobre el litoral murciano, aunque sí se produjeron cambios sustanciales en cuanto a las embarcaciones, pues fueron siendo sustituidas poco a poco las viejas galeotas por navíos de alto bordo. En efecto, el establecimiento del pirata holandés Simón Danser en Argel en el año 1606 tuvo una trascendencia insospechada. Él y otros corsarios ingleses y holandeses, como john Ward, Henry Mainwaring, Salomo de Veenboer y jan janszoon, introdujeron en las regencias argelina y tunecina el arte de construir y gobernar naves (4) AGS, GA, leg. 599, núm. 219. (5) REqUENA AMORAGA: op. cit., pp. 246-247. (6) AML, Ac. Cap. 1602-1603, f. 43. (7) Los sucesos de esta terrible algarada han sido estudiados en: VELASCO HERNÁNDEZ, Francisco: «La razzia del corsario Morato Arráez en la costa murciana en agosto de 1602», en Murgetana, núm. 125, 2011, pp. 83-102. Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 11


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