LA LUCHA ANTICORSARIA EN EL LITORAL MURCIANO DURANTE EL REINADO DE... su plan de atacar Carboneras, en la costa almeriense. En los meses siguientes pivotaron entre ambas islas y la costa de Almería, atrapando todo lo que les salía a su paso y desembarcando en diversos momentos en los términos de Orihuela y Lorca (4). En uno de esos desembarcos, escalaron la torre del Pinet, mataron a uno de sus guardas y capturaron a sus tres compañeros y a aquellas personas que se habían refugiado en su interior. Además, en las semanas siguientes atraparon varias naves cargadas con trigo y otros navíos y barcas (5). La pesadilla acabó a mediados de diciembre, cuando las galeotas se retiraron con su copioso botín rumbo a Argel. La de 1602 no fue menos terrible. El día 11 de agosto apareció Morato Arráez con nueve galeotas frente al cabo de Cope. Venía persiguiendo a tres saetías (dos francesas y una catalana). Ante el acoso de los corsarios, las tripulaciones de las saetías decidieron abandonar sus naves y ponerse a salvo en tierra. Rápidamente la noticia llegó a Lorca y esta acordó enviar la infantería de la ciudad, escoltada por la caballería, para defender la torre de Cope (6). La hueste lorquina llegó al amanecer del día 12 a las inmediaciones de Cope, sin avistar a los enemigos. Pero dos de sus capitanes, juan Felices quiñones y Luis Felices de Ureta, se adelantaron con alguna gente, llegando hasta los muros de la torre. Fue en ese momento cuando aparecieron más de mil moros y los forzaron a encerrarse dentro de ella, la cual escalaron con dos entenas, obligándoles a rendirse, tras una breve lucha en la que murieron seis personas. Nada pudo hacer el resto de la tropa lorquina, dada su inferioridad y escasez de armamento, para salvar a los 60 desgraciados que habían quedado atrapados en la torre de Cope. Los argelinos, una vez trasladados los presos a las galeotas, se ensañaron con la torre, a la que incendiaron y robaron la artillería y demás pertrechos militares. Estos hechos pusieron en alarma toda la costa, desde Águilas hasta Cartagena. y aunque se trató de negociar el rescate en el puerto de Escombreras, finalmente las conversaciones no dieron buen resultado y las galeotas se trasladaron hacia las costas de Alicante con su generoso botín. Fue una de las razias más trágicas sufridas por el litoral murciano en los siglos XVI y XVII (7). Con la muerte de este corsario en 1605 no disminuyó la presión del corso berberisco sobre el litoral murciano, aunque sí se produjeron cambios sustanciales en cuanto a las embarcaciones, pues fueron siendo sustituidas poco a poco las viejas galeotas por navíos de alto bordo. En efecto, el establecimiento del pirata holandés Simón Danser en Argel en el año 1606 tuvo una trascendencia insospechada. Él y otros corsarios ingleses y holandeses, como john Ward, Henry Mainwaring, Salomo de Veenboer y jan janszoon, introdujeron en las regencias argelina y tunecina el arte de construir y gobernar naves (4) AGS, GA, leg. 599, núm. 219. (5) REqUENA AMORAGA: op. cit., pp. 246-247. (6) AML, Ac. Cap. 1602-1603, f. 43. (7) Los sucesos de esta terrible algarada han sido estudiados en: VELASCO HERNÁNDEZ, Francisco: «La razzia del corsario Morato Arráez en la costa murciana en agosto de 1602», en Murgetana, núm. 125, 2011, pp. 83-102. Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 11
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