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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 130

LA LUCHA ANTICORSARIA EN EL LITORAL MURCIANO DURANTE EL REINADO DE... presos por los corsarios y debió capturarse a algunos de estos, si bien la mayoría de ellos saltaron a tierra, donde fueron detenidos por las tropas de Lorca (ocho de ellos) y Vera (otros nueve) (45). El capitán Bienvengud regresó a Cartagena y fue recibido con salvas y honores, al tiempo que el Concejo se encargó de escribir al Rey y demás autoridades del reino de Murcia relatando la hazaña del militar cartagenero y solicitando que se le honrase por ello. También se nombró escribano para que tomase cuenta del reparto de la presa. Hasta aquí lo acostumbrado. Sin embargo, no tardaron en aparecer los primeros desacuerdos y algunos obstáculos con los que nadie contaba. El primero que se opuso al reparto fue el propio alcalde mayor de la ciudad, probablemente aleccionado por el corregidor de Murcia. Unos días después se tuvo también conocimiento que el Concejo de Vera había escrito al Rey para que desautorizase esa presa, pues según ellos «no fue en buena guerra» ya que el bergantín estaba haciendo alafia «y se le tenía asegurada la mar y tierra» (46). La protesta de Vera paralizó por el momento el reparto final de la presa y provocó un pleito que no sería resuelto hasta final de ese año, como se verá más adelante. Es evidente que todos estos inconvenientes desalentaban a los capitanes cartageneros, pues no veían compensado el riesgo que asumían al enfrentarse con los corsarios en el mar y no obtener de ello mucho premio, sino todo tipo de trabas y complicaciones. quizá por ello no se organizaran muchas «cabalgadas» en los años siguientes. En todo caso, las preparadas en agosto de 1614 y julio de 1615 no depararon ningún éxito, a pesar de que se trasladaron varias fragatas armadas a La Manga del Mar Menor y cabo Tiñoso (47). Mucho más intrépida fue la «cabalgada» de 7 de enero de 1616, pues no fue llevada a cabo por la milicia y capitanes de Cartagena sino por algunos pescadores que se encontraban faenando en Cope. Precisamente ellos eran los más perjudicados por la actividad corsaria de los argelinos, pues en su desplazamiento diario a las almadrabas de Cope, Mazarrón, La Azohía y cabo de Palos eran sorprendidos con facilidad y en muchos casos apresados. Estaba reciente la muerte y cautiverio de varios de ellos, apenas hacía un mes, cuando apareció de nuevo un bergantín berberisco, que un día antes había tomado una barca de un vecino. Se encontraban allí en ese momento tres laúdes cartageneros y sus tripulantes decidieron juntarse en dos barcas reforzadas y lanzarse en persecución del pequeño barco corsario, al que alcanzaron a media legua mar adentro. Después de pelear con gran valor, lo rindieron con 16 moros a bordo, de los cuales uno era el arráez o capitán, muy diestro en esta (45) AMC, Ac. Cap. 1610-1612, cab. 31-XII-1610, 4-I-1611 y 11-I-1611. (46) AGS, GyM, leg. 755. (47) La primera de las cabalgadas se organizó para buscar un bergantín de 12 bancos que había intentado atrapar un laúd de Alicante y la segunda para abordar a otro que había apresado una barca cargada de cebada. AMC, Ac. Cap. 1613-1614, cab. 26-VIII-1614 y Ac. Cap.1615-1616, cab. 21-VII-1615. Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 21


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