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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 130

ANTONI PICAZO I MUNTANER Figura 3: AGI, MP-Ingenios, 318. Plano del galeón Nuestra Señora de la Mar, de la Armada del general marqués del Vado, que naufragó en el golfo de la Bermuda. también se promovieron la fabricación de barcos a costa de la real caja de Manila. Ciertamente, lo mismo las autoridades de Filipinas como los principales agentes comerciales de las islas mandaron construir navíos en Bengala y Cochín por cuanto eran de una factura mucho mejor que los realizados en Manila y, en especial, mucho más económicos, portando además una muy buena jarcia y una tripulación de la tierra muy experta. En cuanto a la zona de Siam hallamos cómo, además de las autoridades, grupos de mercaderes invirtieron en la compra de navíos facturados en Siam (6). Comercio que se había restablecido a partir de 1748 tras la llegada del navío San Francisco Javier a cargo del capitán Bartolomé de Olivera. Tras esta llegada, el marqués de Ovando, gobernador de Filipinas, envió dos comisionados para la construcción de un navío, capaz de cargar 3.000 piezas, emitiendo 100 acciones a 300 pesos por individuo. Muchos comerciantes adquirieron varias acciones, como por ejemplo el caso de Lorenzo de Novia que adquirió cuatro de ellas. En cuanto a Camboya (7) a principios del XVII ya se conocía la buena calidad de sus maderas y el bajo coste que suponía la fabricación de navíos en sus astille- (6) AGI, Contratación 5665, n. 4 , f. 37r. (7) AGI, Filipinas 8, R.1, N.19, «Carta de juan Niño de Távora, gobernador de Filipinas, dando cuenta de la llegada del galeón que se fabricaba en Camboya». 36 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 130


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