Page 125

BOLETIN IEEE 6

125 Creo que Pablo Catatumbo tiene mucha razón: casi todo está por conocerse, pero si nos perdemos en el intento vano de conocerlo todo, es posible que no conozcamos lo que de verdad importa para el futuro. Los principios fundacionales del partido político de las FARC, que resaltan la necesidad de crear «un bloque popular alternativo», señala en su punto 22 el papel central de la cultura. Las FARC afirman que: «se está frente a la perspectiva de emprender la transformación cultural más importante de la historia reciente: la construcción de una paz estable y duradera de cara a las generaciones futuras». El resultado de la batalla por la memoria, la cultura política y por la verdad es la que determinará al final el relato originario de una nueva Colombia en paz. Finalmente será la memoria, la cultura política y la verdad que se proyecten y que se perciban las que prevalecerán. Los medios de comunicación y los intelectuales tienen un papel que jugar relevante en medio de la confusión que aparecerá en la multiplicidad de memorias individuales, culturas políticas y verdades particulares que entrarán en liza. El cansancio de la guerra El presidente Santos en su discurso el 26 de septiembre de 2016 en Cartagena afirmaba: «lo que firmamos hoy es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que no aceptamos la violencia como medio para defender las ideas; de que decimos –fuerte y claro–: ¡No más guerra!». Muy pocas guerras son tan cortas e indoloras para no cansar. En el caso de Colombia más de 70 años de guerra son demasiados. La paz como acontecimiento ofrece muchas posibilidades. Realmente ninguna paz es igual a las demás. Muchas paces son posibles y no todas valen lo mismo. Algunas son más simpáticas que otras y desgraciadamente las hay verdaderamente monstruosas. Ahora bien, quien coloca la ausencia de violencia siempre por encima de cualquier otro principio está destruyendo toda capacidad de resistencia frente a las paces que asustan solo con imaginarlas. Justicia es libertad, canta el himno de Colombia en su penúltima estrofa. El concepto de libertad reclama, por su misma esencia, un complemento que le proporcionan lo justo y lo bueno. La libertad sin el bien y sin la justicia puede anularse a sí misma para convertirse en una realidad vacía que abre la puerta del nihilismo. En esta situación es necesario tener presente que el Estado tiene la obligación de mantener la convivencia humana en orden, creando un equilibrio entre libertad, justicia y bien común. bie3 ZĞůĂĐŝſŶĞŶƚƌĞĐŽŶĨůŝĐƚŽLJƉŽƐĐŽŶĨůŝĐƚŽ͗ŽůŽŵďŝĂLJůŽƐĂĐƵĞƌĚŽƐĚĞƉĂnj ŶĚƌĠƐ'ŽŶnjĄůĞnjDĂƌƚşŶ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϮϱͬϮϬϭϳ ϮϮ


BOLETIN IEEE 6
To see the actual publication please follow the link above