Page 387

BOLETIN IEEE 6

387 llevan a discusiones interminables4. En escenarios tan complejos como los que afrontamos hoy en día, esto es aún más evidente ¿Alguien es capaz de identificar los errores cometidos en Siria o Libia? Resulta difícil aislar los factores que intervienen en un determinado resultado, individualizar su contribución al mismo y descubrir sus interrelaciones, que hacen que actuar en beneficio de uno, produzca un perjuicio en otro. Así, una discusión interminable sobre las causas del fracaso hace imposible extraer lecciones de acciones precedentes. Las operaciones de estabilización son uno de esos problemas complejos en los que resulta difícil identificar las causas que han conducido al éxito o al fracaso. Pero hay algo aún más problemático: muchas veces incluso resulta difícil determinar si nos encontramos ante un éxito o un fracaso. Todo depende de los criterios de evaluación adoptados y del nivel de exigencia que apliquemos. Un ejemplo: la primera guerra del Golfo fue calificada por muchos como un auténtico «milagro logístico». Proyectar y sostener la potencia de combate necesaria para expulsar al ejército iraquí de Kuwait y del sur de Irak fue todo un logro ¿Éxito logístico? A primera vista diríamos que sí: se acumularon los recursos necesarios en el lugar y momento oportuno; se proyectó la fuerza necesaria y se hizo posible que esta cumpliera su misión. Pero, ¿se realizó un esfuerzo eficiente? Según los propios responsables logísticos del Ejército americano, no. Un análisis detallado de esta operación permite extraer algunas lecciones interesantes.  El primer «fallo»: proyectar una enorme cantidad de recursos que nunca fueron necesarios. La campaña se basó en una enorme acumulación de recursos («montañas de hierro», según la terminología acuñada por sus propios protagonistas), que supuso un gasto y un esfuerzo enormes para proyectar recursos que nunca fueron necesarios. 4 Cuando la Administración de EE.UU. planeaba la intervención en Afganistán, tras el 11-S, uno de sus preocupaciones principales era no repetir los errores cometidos en su día por la URRS. El problema era identificar esos errores que llevaron al fracaso a Moscú. En 2001, se pensaba que el error principal consistió en el despliegue de una gran fuerza militar extranjera, que fue vista por los afganos como una ocupación y alimentó así a la insurgencia, que pudo presentarse como un movimiento de liberación. Esta teoría se sustituyó más adelante por otra que hacía recaer la causa del fracaso soviético en su incapacidad para controlar las rutas de comunicación y el medio rural. Es decir, el problema no sería el exceso de fuerzas soviéticas, sino su insuficiencia. Todavía hoy continúa discutiéndose sobre las causas del fracaso soviético, sin que haya consenso al respecto. Esta incapacidad a la hora de identificar claramente las causas del fracaso impidió extraer lecciones claras que ayudaran a tomar las decisiones adecuadas. bie3 >ĞĐĐŝŽŶĞƐĂƉƌĞŶĚŝĚĂƐĞŶĞƐĐĞŶĂƌŝŽƐĐŽŵƉůĞũŽƐ͎͗ĞƐƉŽƐŝďůĞĂƉƌĞŶĚĞƌĚĞůĂƐ ŽƉĞƌĂĐŝŽŶĞƐĚĞĞƐƚĂďŝůŝnjĂĐŝſŶ͍ :ĂǀŝĞƌZƵŝnjƌĠǀĂůŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϰϭͬϮϬϭϳ ϱ


BOLETIN IEEE 6
To see the actual publication please follow the link above