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418 vida y de controlar su destino, como afirma Žižek30, de llenar una falta estructural al plantearles un modelo alternativo que ofrece lo que les gustaría ser —identificación imaginaria— y cómo quieren ser vistos —identificación simbólica—. En este caso, el EI plantea una tarea heroica que realizar y un modelo de vida alternativo, valioso y ejemplar, además de una justicia social y una equidad de las que carecen en su entorno inmediato. Con todos estos elementos, que adquieren la función de puntos nodales, los receptores quedan atrapados por la interpelación. En definitiva, en palabras de Laclau y afianzando la tesis del carácter populista del discurso del EI, «cuando las masas populares que habían estado excluidas se incorporan a la arena política, aparecen formas de liderazgo que no son ortodoxas desde el punto de vista liberal democrático, como el populismo»31. El acento del proyecto está, por lo tanto, en el pueblo, y el pueblo que el EI define es uno formado por héroes, múltiples e individuales32. Los individuos se convierten en bandera de los ideales del EI, herederos de una misión confrontadora iniciada por los propios profetas33 y de la cual son la culminación. Como otros movimientos populistas modernos, el EI no hace sino enarbolar una respuesta crítica al sistema existente oponiendo una alternativa que ofrece un mayor poder para los individuos. Y, como ocurre con la mayoría de los movimientos populistas, su forma de hacerlo es propugnando un discurso entre «los de abajo y los de arriba». En el caso que nos incumbe, el EI lleva a cabo este proceso a nivel global. Se sitúa con los de abajo, con una umma humillada y despreciada en cada rincón del planeta y a la que se ha expoliado de sus recursos34, y les ofrece la oportunidad de desquitarse de sus ofensas y de redimirse de su pasividad, derrotas o traiciones. Arriba sitúa al enemigo que abatir: las grandes potencias internacionales, los regímenes árabes vendidos al invasor, los líderes del opresor mercado capitalista y de las 30 Ibídem, p. 102. 31 LACLAU, E. 2005, op. cit. 32 Como ejemplo de ello, al final de cada número de Dabiq se narran historias personales de los combatientes al detalle, ya sea por los editores del medio o en sus propias palabras, a través de extensas entrevistas en las que narran sus razones, sus logros y sus vicisitudes en el arduo camino de la yihad. En definitiva, se los muestra tan humanos como son (Dabiq, 13: 22) y se cuentan también las historias de los combatientes caídos en batalla, de los que han regresado airosos tras cometer atentados en Europa —o que han sacrificado su vida para ello— o de los que han cumplido con la hijra (Dabiq, 12: 55). 33 Dáesh (2014e): Daliq, 5. Op. cit., p. 5. 34 WOOD, G. «What ISIS Really Wants», en The Atlantic. 2015. Consultado el 3 de febrero de 2017. Disponible en http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2015/03/what-isis-reallywants/384980. bie3 ůĚŝƐĐƵƌƐŽĚĞůƐƚĂĚŽ/ƐůĄŵŝĐŽ͗ĞůƉŽƉƵůŝƐŵŽĚĞKƌŝĞŶƚĞWƌſdžŝŵŽ ĂŶŝĞůZŽƐƐĞůůſZƵďŝŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϰϮͬϮϬϭϳ ϭϯ


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