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755 comprometió Mandela en su artículo28 publicado en Foreign Affairs en 1993, Sudáfrica estaba llamada a defender los derechos humanos de otros. Este énfasis por no olvidar el pasado pero sí perdonarlo, y su marcado carácter panafricanista, fueron los sólidos principios sobre los que se erigió la política exterior de Sudáfrica en su primera etapa democrática, la era Mandela. De esta forma, Sudáfrica se elevó como potencia dominante en su entorno; como Estado pendular o Estado bisagra. Cierto es que ya lo había sido durante décadas antes de 1994, pero durante esa etapa lo había sido para mal. Así, durante el régimen del apartheid, Sudáfrica fue un Estado bisagra cuya élite política no confinó sus insidiosos métodos en sus fronteras, sino que los hizo extensibles en los países de alrededor, a la vez que fomentó inestabilidad en la región, con el fin de consolidar su orden político interno29. Sin embargo, tras su renacer democrático, cambió la naturaleza de Sudáfrica como Estado bisagra. El país se embarcó en un proceso de inversión y comercio masivos por todo el continente. A su vez, globalmente, Sudáfrica disfrutó de una enorme influencia, debido fundamentalmente a la reputación cuasimítica de su mesías político, Nelson Mandela, líder de la notable transición pacífica a la democracia. El regreso de Sudáfrica a la respetabilidad internacional despejó el camino para la resolución de conflictos que se habían sostenido durante años (en ocasiones, durante décadas), como por ejemplo los de Namibia y Mozambique. Verdaderamente, las palabras de compromiso de Mandela no eran mera retórica. El país arcoíris se convirtió en una voz autorizada en el Tratado de No Proliferación Nuclear, cabeza del Movimiento de Países No Alineados y pacificador en Sudán, Zimbabue y Burundi, entre otros. En definitiva, Sudáfrica pasó en pocos años de ser uno de los países más hermetizados y gobernado por un abominable régimen, a ser la democracia más sofisticada de África, a la vez que la segunda economía del continente. Es, tal y como se ha mencionado en la introducción, el único país africano que es miembro del G20 y de los BRICS, así como uno de los diez socios estratégicos globales de la Unión Europea. 28 MANDELA, N. «South Africa's Future Foreign Policy». Foreign Affairs, diciembre de 1993. 29 MCNAMEE, T. «Harnessing the Power of Africa’s Swing States. The Catalytic Role of Nigeria, Kenya and South Africa». The Brenthurst Foundation, Discussion Paper 1/2016, p. 9. bie3 ^ƵĚĄĨƌŝĐĂ͕͎ƵŶƉĂşƐĂůĂĚĞƌŝǀĂĞŶĞůŶƵĞǀŽŽƌĚĞŶŵƵŶĚŝĂů͍ :ƵĂŶŶŐĞů^ŽƚŽ'ſŵĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϲϭͬϮϬϭϳ ϭϱ


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