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139 Pablo Cañete Blanco El yihadismo como expresión de la violencia Existe también una hipermilitarización del mensaje: prácticamente la mitad de las fotografías aparecidas en las revistas del Estado Islámico o las escenas de sus vídeos contienen parafernalia militar, armamento o escenas bélicas. El héroe es, por lo general, un hombre que, tras una vida dura, por ejemplo tras un periodo en prisión o criado en un país infiel, y múltiples hazañas bélicas es asesinado por un dron, lo que le causa la muerte instantánea y le convierte en mártir por la causa de Dios. Hay por tanto una exaltación mediática ya no del guerrero, sino del berserker, del buscador de muerte que aspira, por encima de todo, al Valhalla66. El arquetipo de yihadista no busca la construcción del Califato, busca encontrar su destino final, el martirio, ser testigo. Este shahid67 posmoderno bebe de elementos míticos y de construcciones narrativas primitivas que transforman al soldado en un ser que no debe buscar la victoria en la batalla, sino la muerte en la misma. Al igual que el suicida en la película Mad Max proclamaba «sed testigos» mientras el resto observaban y, una vez acometido el acto suicida, evocaban a su Dios68, el shahid invoca la declara-ción de fe (shahada) y los observadores exclaman que «Dios es el más grande» una vez perpetrado el martirio. De esa manera el acto de suicidio, culturalmente repudiado y religiosamente prohibido entre las religiones abrahámicas, se transforma en un hecho glorioso. «Algunos musulmanes pueden argumentar que la muerte en un ataque suicida está predestinada (maktub) y criticarlo se vuelve en un desafío ilegítimo a la divina providencia»69. «Los salafistas yihadistas creen que las operaciones suicidas contra los “infieles” y los “apóstatas”, por ejemplo, no musulmanes herejes y nominalmente musulmanes “trai-dores”, representan la última forma de devoción a Dios y la mejor manera de llevar a cabo la yihad. Presentan la yihad y el autosacrificio como la antítesis de todo lo que apoya Occidente, de ahí el mantra: “Occidente ama la vida mientras que los verdade-ros musulmanes aman la muerte”»70. 66  HALVERSON, Jeffry R.; GOODALL, H.L.; y CORMAN, Steven R.. Master Narratives of Islamist Extremism. Hampshire (Reino Unido): Palgrave Macmillan, 2011. 67  Término árabe traducible por «testigo» o por «aquel que muere por la causa de Dios deliberadamente». 68  Véase el fragmento en https://www.youtube.com/watch?v=LCMBPjCnOg8. (Última consulta: 20.03.2017). 69  SCHIRRMACHER, Christine. «Suicide, Martyrdom and Jihad in the Koran, Islamic theology and society», p. 10-14. Institute of Islamic Studies, 2004. 70  MOGHADAM, Assaf. «Motives for Martyrdom». International Security, Vol. 33, Núm. 3 (2008), p. 46-78. http://revista.ieee.es/index.php/ieee


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