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REVISTA HISTORIA MILITAR 119

136 SOLEDAD CID GONZÁLEZ En algunos casos, ya en el siglo xix, volverán los bordados sobre el pecho de la casaca. Los bordados de las bocamangas irán cambiando en su forma, de la profusión vegetal de la primera mitad del siglo xviii, a la aparición de las divisas según el empleo, a los entorchados horizontales ya en la década de los sesenta, o a los entorchados que doblan en martillo ya en los años cuarenta del siglo xix. El cuello también irá evolucionando, siendo los primeros a la caja, que con la largura de la peluca de principios de siglo no molestaba, para pasar al cuello de tirilla cuando las pelucas se hacen más cortas, llegando al collarín solapado que veremos hacia mediados del xix. Bajo la casaca se llevaba la chupa, que era algo más corta. Consistía esta en una especie de chaleco sin mangas, también abrochada en toda su longitud. Hacia finales de siglo, los bordados van desapareciendo de la chupa, volviéndose mucho más sencilla. Estas prendas podían ser de paño, de terciopelo o de seda, según el poder adquisitivo de quien las llevaba. El calzón, que llegaba hasta la rodilla e iba ajustado, acabará convirtiéndose en el siglo xix en pantalón. Las medias, a principios del xviii, se colocaban por encima del calzón, sobrepasando las rodillas. Podían ser lisas o ir bordadas con un tipo de decoración vegetal, y entre los colores, destacan las blancas (las más comunes) o rojas, aunque también podían ser negras, azules, etc. Conforme avanza el siglo, las medias se ocultan bajo el calzón, que llega a tapar la rodilla, quedando sujetas a este por medio de las jarreteras. La camisa, que solía ser de tejido fino de lienzo y blanca, asomaba por el cuello de la casaca en forma de guirindola con encaje o bien plisada y que hacía juego con los puños que asomaban por las bocamangas. Al cuello se llevaba la corbata o cravate, que fue evolucionando desde una corbata larga y anudada por delante y cayendo por encima de la casaca, al corbatín, más sencillo que aquella y que durante el siglo xviii se va acortando. El sombrero de principios del xviii sustituyó al sombrero chambergo. Era negro, de fieltro y acandilado, con galón de oro y cucarda encarnada. Ya en el reinado de Carlos IV aparecerá el sombrero bicornio al elevar el candil delantero del sombrero6. En cuanto al calzado, se usaba zapato o bota. Los zapatos podían ser de distintos colores. Los había negros, rojos, blancos, etc. Las botas, por lo general, eran negras. El zapato de comienzos de siglo era, principalmente, de cuero y bastante cerrado, subiendo por encima de los tobillos. Tenía tacón alto, punta ancha, hebilla a la altura del empeine y lengüeta. Las hebillas podían ser más o menos ricas según la riqueza de quien las llevaba. Distin- 6  MUSEO DEL EJÉRCITO: A la cabeza del Ejército. Prendas de cabeza del Ejército de Tierra en el Museo (1700-2012). Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, Madrid, 2012, p. 13. Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 136-174. ISSN: 0482-5748


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