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REVISTA HISTORIA MILITAR 119

EVOLUCIÓN DE LA UNIFORMIDAD A TRAVÉS DE ALGUNOS RETRATOS… 155 tivaba el poder del monarca ausente66. Eran los representantes del monarca, el alter ego del rey, por lo que al igual que él, debían ser retratados para que los súbditos conocieran a su vicemonarca, dejando constancia del cargo desempeñado, además de tener una función conmemorativa67. El retratado va vestido con el uniforme de gran gala de capitán general. Viste casaca azul turquí con collarín solapado encarnado. Las bocamangas y las solapas son también encarnadas, si bien estas últimas a mitad de la casaca siguen el mismo color que esta, azul turquí. Se trata de solapas pequeñas con botones de metal dorado. En las bocamangas, provistas de otros tres botones, lleva bordados en hilo de oro dos entorchados anchos de hojas de roble, llevando el tercer entorchado, también de hojas de roble, en las costuras de las mangas. Estos bordados se extienden también al cuello, solapas y portezuelas de la casaca. Sobre la portezuela, casi confundiéndose con el bordado, puede apreciarse la llave, con dos borlones de hilo dorado que penden del vástago, correspondiente al cargo de gentilhombre de cámara que obtuvo Álvarez de Sotomayor y que, sin embargo, no ostentó Matías de Gálvez. La casaca va sufriendo una notable variación desde principios del siglo xviii, tanto en la hechura como en su decoración. En general, es más ajustada y se solapa, ha desaparecido el vuelo de su parte inferior y las bocamangas se han hecho más pequeñas y ajustadas68. Asimismo, los bordados Revista de Historia Militar, 119 (2016), pp. 155-174. ISSN: 0482-5748 han reducido su presencia. Bajo la casaca lleva la chupa, convertida ya en un chaleco corto. Es una chupa encarnada, abotonada hasta abajo con botones más pequeños que los de la casaca, semiesféricos y de metal dorado, y está decorada con bordado de hoja de roble, al igual que la casaca. A la altura del abdomen, el personaje se ha dejado algún botón de la chupa sin abrochar para esconder su mano, siguiendo una de las poses características en los retratos de la época. Bajo la chupa, se deja ver la guirindola de encaje blanco de la camisa que hace juego con los puños que sobresalen por la bocamanga. Al cuello lleva corbatín blanco. 66  El tratadista peruano Matías de Caravantes describía así la figura del virrey: “Bien podremos decir que el virrey no es distinto de la persona real, pues en él vive por translación y copia con tal unión o igualdad que la mesma honra y reverencia que se debe a Su Majestad se debe a Su Excelencia, y la injuria que se les hace es común a entrambos, como la fidelidad y vasallaje”. CAÑEQUE, Alejandro: “De sillas y almohadones o de la naturaleza ritual del poder en la Nueva España de los siglos xvi y xvii”, en Revista de Indias, vol. LXIV, 232, 2004, pp. 609-634. 67  RODRÍGUEZ MOYA, Inmaculada: “El retrato de la élite en Iberoamérica: siglos xvi a xviii”, en Tiempos de América, 8, 2001, pp. 79-92. 68  A principios de siglo la casaca se ensanchaba a partir de la cintura gracias a unos pliegues en los laterales que le hacían tener vuelo. Se abría en tres aberturas, en parte posterior y costados, asomando por estos la espada.


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