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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 132

PRESENCIA VASCA EN LA ARMADA ESPAÑOLA (I) Este hecho ha quedado recogido en una tabla votiva que se encuentra en la iglesia de San Pedro de la localidad guipuzcoana de Zumaya, de donde era natural juan Martínez de Mendaro. La tabla, que se encuentra en una pequeña capilla a la derecha de la nave principal, está dividida en dos partes. En la superior, en el centro, hay una imagen sedente de la Virgen con el Niño; a la izquierda de ella, la figura de san Pedro y, a su lado, arrodillado, el donante de la tabla, juan Martínez de Mendaro. En la parte derecha vemos la estampa de santa Catalina leyendo un libro, y detrás de ella asoma la cabeza de una figura masculina. En la parte inferior aparecen unas naves navegando, que al parecer representan la victoria de la escuadra capitaneada por juan Martínez de Mendaro sobre la armada lusogenovesa, en el estrecho de Gibraltar, en 1475. Las dos que se muestran en primer término lucen sendos estandartes al viento, con las armas de Portugal la de la izquierda y las de Castilla la de la derecha. Ese mismo año actuó en Andalucía la flota mandada por Ladrón de Guevara, cuya misión era perseguir a la escuadra portuguesa que conducía a su rey a Marsella. Se trataba de una parte de la flota de treinta naves organizada para combatir la amenaza del corsario Coulón contra Fuenterrabía y los ataques corsarios en aguas gallegas, flota que había sido desmovilizada tras alcanzar sus objetivos. Según la Istoria de las bienandanzas e fortunas, de Lope García de Salazar, en la guerra castellano-portuguesa participaron nobles banderizos, de la misma condición que el autor, como Gonzalo Gómez de Butrón, al mando del almirante Diego Hurtado de Mendoza, y juan Iñiguez de Retuerto, Iñigo Sánchez o Sancho García Cardo de Muñatones. Por último, Salazar incluye a Sancho de la Sierra, Martín Pérez de Poveña, Pedro Estantado, Sánchez Viejo y Pedro San Lorenzo, todos ellos vecinos de las Encartaciones. En 1476, el reino de Castilla preparó la llamada «flota naval de Guinea», para luchar contra los barcos portugueses que traían oro y esclavos desde sus posesiones guineanas. Esta acción estuvo englobada en la estrategia diseñada por los Reyes Católicos para ganar la guerra contra Portugal que, como ya se dijo, consideraba a juana la Beltraneja, sobrina del rey luso Alfonso V, legítima heredera del reino castellano. La flota, capitaneada por Charles de Valera, estaba compuesta por 12 embarcaciones: tres naos vizcaínas y nueve carabelas andaluzas, todas con capitanes andaluces expertos en la navegación a dicha región. En su camino hacia la costa africana, la flota atacó las islas de Cabo Verde. Una vez en su destino, capturó dos carabelas del marqués de Cádiz. En 1477, de forma simultánea, se organizaron dos flotas: una para la conquista de Gran Canaria y otra para Guinea. La coincidencia temporal buscaba confundir a los portugueses y contar en Gran Canaria con un punto de apoyo en las navegaciones a Guinea. La llegada de los navíos portugueses derrotó y apresó a los navíos castellanos. Los lusitanos habían atacado previamente el archipiélago canario, donde capturaron a quienes se hallaban asaltando las islas en busca de botín, pero fracasaron en su intento de desembarcar en Gran Canaria para impedir su incorporación a la corona castellana. En cuanto Año 2016 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 81


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