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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 909

Instrucción y Adiestramiento REVISTA EJÉRCITO • N. 909 DICIEMBRE • 2016  53  o los jefes con sus equipos) nos predispone a la obtención de un resultado previamente percibido como posible; dicho de otro modo, se ha demostrado que creamos nuestra propia realidad a partir de nuestra predisposición6. Se conocen más de 50 neurotransmisores que llevan la información a través de las separaciones entre las sinapsis que se producen en nuestro cerebro y son muchos los compuestos químicos de los que se sabe cada vez más sobre su funcionamiento e influencia en nosotros. La adrenalina ha sido protagonista en numerosas investigaciones, como muestran los experimentos con su inyección a ratas de laboratorio inmediatamente después de haber aprendido algo donde se llegaba a comprobar un aumento en la intensidad del recuerdo o de la situación de aprendizaje. Esto supuso la confirmación de la relación entre la adrenalina segregada de forma natural y los procesos de aprendizaje. La dopamina es la sustancia química de la recompensa; provoca una buena sensación cuando hemos acabado una tarea o hemos encontrado algo que buscábamos. Es adictiva, y elementos como el alcohol, la nicotina o incluso recibir un mensaje de WhatsApp de alguien querido pueden liberar dopamina en nuestro cerebro y aportar esa sensación de placer. Las endorfinas, como neurotransmisores, sirven para disimular el dolor, como respuesta al miedo o al estrés y, al igual que la anterior sustancia, funcionan cuando estamos satisfaciendo un logro individual como conseguir comida, construir algo uno mismo, hacer un horno cherokee… Se producen durante el ejercicio físico, sobre todo el de resistencia, o situaciones de excitación. En muchos sentidos son similares a los opiáceos por el placer o bienestar que producen. La serotonina, neurotransmisor con efectos calmantes que se asocia al sentimiento de orgullo, la segregamos cuando el grupo nos respeta. A la serotonina le gusta la competición y nos hace sentirnos bien al correr un maratón o realizar la prueba de unidad; hablamos del colectivo, del efecto grupo. La oxitocina, con sus funciones de neuromodulador del sistema nervioso, modula comportamientos sociales y, al igual que la anterior sustancia, nos incentiva en el trabajo en equipo y propicia el desarrollo de la confianza o la lealtad. Es el lubricante de nuestro lado más social. BUENAS PRÁCTICAS La visión científica del control de la tensión o presión y sus beneficios sobre el aprendizaje o mayor rendimiento mantiene el interés por los ejercicios en condiciones duras, en beneficio del fortalecimiento de nuestras unidades y para colaborar en una mejor preparación. Habrá que entrenar esas situaciones sin tener miedo a que aparezcan los errores, de forma que podamos aprender más que nunca de los mismos a la vez que profundizamos en el conocimiento de nuestro personal. Habrá situaciones que generen miedo, que como emoción adaptativa puede aprender a manejarse. El salto paracaidista o situaciones de tensión similar entran en el cuadro de «generadoras de adrenalina», lo que provoca cierta adicción y satisfacción una vez sobrepasada la situación de estrés. En este momento es cuando la voz serena de un compañero puede activar un proceso hormonal que inicia la producción de oxitocina y nos aporta más confianza. También la práctica habitual del briefing «bajo las alas» antes de salir de misión, con la comunicación de una visión «optimista» de la misma exponiendo una actualización de la situación y la sensibilización de amenazas, tiene una gran utilidad para fomentar esta confianza y seguridad, con el fin de disminuir la psicosis negativa, que podría llegar a bloquearnos. Entre las investigaciones que buscaron la relación «motivación-química cerebral» del estrés, al comprobarse el efecto de refuerzo de un estrés positivo frente al estrés producido por el miedo al fracaso, se recomendaron aspectos de la motivación de logro con un enfoque hacia el disfrute y la confianza en la superación de metas para evitar el fomento clásico del temor al fracaso7. Si sabemos que los errores aumentan la presión a la vez que afectan al trabajo creativo, siendo unos buenos gestores del estrés podremos propiciar que fluyan ideas imaginativas, por ejemplo, en un planeamiento o a la hora de realizar una tormenta de ideas. La acción de mando también implica una dosificación del estrés y jugarlo en beneficio de la misión, ya que sabemos que puede aportar una mejora en el rendimiento8. Las prácticas de tiro también pueden tener relación con el ejercicio de la imaginación, al ejercitar todas las habilidades que nacen de los distintos hemisferios del cerebro: escribir con la mano


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