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compañeros jerezanos, se incorporaría sin mayores problemas al Escuadrón. EL ALA 22 Desde la incorporación de los primeros aviones hasta el comienzo de la década de los años 1970, la evolución de la amenaza demandaba la renovación de los sistemas de detección y las armas anti submarinas para poder luchar con eficacia contra un enemigo cada vez más veloz, con creciente capacidad para permanecer más tiempo bajo el agua y más silencioso. La puesta en servicio de submarinos nucleares soviéticos de características avanzadas causaba gran preocupación en Occidente, cuyas Marinas empezaron a dotarse de medios antisubmarinos cada vez más sofisticados, entre ellos lógicamente aviones y helicópteros. La primera generación de aviones que había reemplazado a los que habían luchado durante la guerra tenía a su vez que ceder el testigo con urgencia a una segunda generación equipada con sistemas tácticos integrados que facilitasen la tarea de las tripulaciones en el manejo de un material crecientemente complejo. Franceses y británicos tomaron medidas para sustituir respectivamente a sus Atlantic y Nimrod, del mismo modo que la Marina norteamericana daba un nuevo impulso a los programas de modernización de su flota aérea antisubmarina. EEUU tenía una considerable ventaja sobre sus aliados en este esfuerzo de renovación pues la plataforma elegida a finales de 1950, el P-3 Orión, fue pensada precisamente para que fuese susceptible de modernización sin necesidad de acometer drásticas reformas estructurales, pues sus características básicas de velocidad, autonomía, fiabilidad, capacidad interna, potencia eléctrica, etc., permitían la incorporación de sistemas renovados sin mayores dificultades. Además, las modernizaciones del modelo inicial, la versión Alfa, se habían sucedido ininterrumpidamente desde su misma entrada en servicio, de tal manera que al poco de haberse incorporado a la US Navy se habían acometido las modernizaciones Deltic y Difar para inmediatamente dejar paso a una versión más moderna del P-3, la denominada Bravo, que incorporaba las modificaciones de las dos anteriores, pero ya desde la cadena de producción. La versión del P-3 Orión que prestaría servicio en la década de 1970 sería la designada como Charlie, un avión cuya principal diferencia con las versiones anteriores era la total integración de sus sistemas mediante un computador. El P-3C también sería objeto de varias modernizaciones desde su incorporación a los escuadrones antisubmarinos de la Marina norteamericana, básicamente cuatro: Updates I, II II.5 y III, que han hecho posible que se mantenga en actividad hasta la fecha, aunque las necesidades operativas de los últimos años han puesto de manifiesto la conveniencia de sustituirlo por otra aeronave de mayor capacidad, el P-8A Poseidon, basado en la plataforma del Boeing 737, que ha empezado a entrar en servicio recientemente. 115 Ocho torpedos en la bahía de bombas. P-3A con despliegue de armamento.


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