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LOS SUCESOS DE JEREZ DE LA FRONTERA EN LA SUBLEVACIÓN… 35 ningún Jefe u Oficial todavía en el destino. Lo cierto es que el teniente coronel Fernández Trujillo estaba en aquellos momentos en el Gobierno Civil. Ante la ausencia de mandos con los que contactar, Roldán tomó la decisión de preguntar a su interlocutor si ocurría algo en la ciudad. El guardia le informó que la noche había sido tranquila y que sólo se habían desplazado unas parejas del Cuerpo a los edificios de Telégrafo y en Teléfonos29. Posteriormente, el coronel siguió buscando respuestas a las dudas que la orden le había generado y quiso contactar con el Ministerio de la Gobernación en Madrid. Las llamadas tampoco tuvieron resultado. Las dificultades de comunicación entre Jerez y el resto de España hacen pensar que en las primeras horas del 10 de agosto las líneas habían sido interceptadas o cortadas por los sublevados. Por desgracia, en todo el procedimiento que estudia los sucesos jerezanos no hay referencia alguna que concrete el control ejercido por los alzados de los edificios de Correos, Telégrafos y Teléfonos, por lo que se desconoce si realmente las líneas telefónicas y telegráficas quedaron en poder de los hombres de Romero Basart o si la falta de contactos se produjeron por saturación de las líneas o por alguna avería. Mientras que desde Cádiz se comenzaba a organizar la defensa de la legalidad republicana, en Jerez vecinos simpatizantes de la acción militar mostraban su apoyo a las fuerzas sublevadas. Toda aquella mañana acudieron al cuartel de Villaviciosa gran número de personas para entrevistarse con el teniente coronel Romero Basart. Muchos de estos protagonistas silenciosos no pudieron ser identificados por las autoridades gubernativas republicanas en las actuaciones judiciales que se siguieron tras la sublevación. Sobre las 08.30 horas, el coronel Arturo Roldán se dirigió al Ayuntamiento. Se desplazó en un coche propiedad de Francisco Mier Terán. Al llegar, solicitó que se presentaran en el antedespacho del alcalde, el secretario y el alcalde accidental, Juan Narváez Ortega. El primero que compareció fue el fedatario público. El funcionario municipal se presentó en el edificio del cabildo sobre las 08.45 horas, reuniéndose con quien parecía ser el nuevo hombre fuerte de la ciudad. En la entrevista el coronel le exhibió el documento que había recibido del general Sanjurjo, le informó de las resoluciones tomadas y de la decisión de asumir el mando. Al ver este documento, el secretario le dijo que el mismo carecía de valor, pues era una orden manuscrita sin membrete ni sellos oficiales, a lo que el coronel le contestó que había recibido el escrito aquella madrugada por medio de un propio y que conocía la letra del general Sanjurjo. Posteriormente, el coronel Roldán Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 35-50. ISSN: 0482-5748 29  Ibídem. Folio 679 y ss.


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