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54 ALBERTO GUERRERO MARTÍN viduos de tropa en las academias, y la ESG en Madrid. Junto a la AGM se suprimieron también la Escuela de Equitación y los colegios preparatorios militares de Zaragoza, Granada y Lugo6. Los estudios en Artillería e Ingenieros duraban cinco años, mientras que en Infantería, Caballería y Administración Militar (hoy Intendencia), tres. Al término de los tres primeros años, infantes, jinetes, artilleros e ingenieros obtenían el empleo de segundo teniente, y los alumnos de Administración Militar el de oficial tercero7. La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 y las novedosas características que tuvo, en parte muy parecidas a las que se verían posteriormente durante la Primera Guerra Mundial, fueron sin duda un estímulo a la hora de abordar la reforma de la enseñanza militar, como también lo serían después las enseñanzas de la guerra en Europa. Tomando como ejemplo a la AI, desde principios del siglo xx sus planes de estudio sufrieron una distribución más racional, experimentando las clases prácticas un notable desarrollo desde que en 1907 el teniente coronel José Villalba se hiciese cargo de la jefatura de estudios8. La necesidad de reforma de la enseñanza militar llevó a que en 1911 se estableciese por decreto un nuevo plan común de ingreso en las academias que constaba de una parte de conocimientos generales de cultura y otra de matemáticas elementales reducidas. El grupo de conocimientos generales abarcaba las asignaturas de “Gimnasia”; “Gramática castellana”; “Geografía universal”; “Historia general y particular de España”; “Francés” y “Dibujo de paisaje”. Además, el examen de estas materias no podía ser sustituido por ningún certificado de aprobación obtenido en otro centro docente9. Las materias del plan de ingreso se agrupaban para el examen en cinco ejercicios. Al examen práctico le seguía uno oral, excepto en las materias de “Gimnasia”; “Dibujo”; “Gramática castellana” y “Francés”, que eran de tipo práctico10. En cuanto a las calificaciones, iban del 0 al 10, y a las asignaturas se les aplicó un coeficiente de importancia cuyo módulo regulador era el número diez. Por otro lado, el límite mínimo de edad para poder ingresar en las academias se estableció en quince años, aunque se permitió presentarse con trece al examen de conocimientos generales y con catorce a todas sin distinción11. 6  Ibídem, 1º, 2º y 3º. 7  Ibídem, 10 y 13. 8  GONZÁLEZ, Hilario: Resumen histórico de la Academia de Infantería. Imprenta Escuela Tipográfica del Colegio de María Cristina para Huérfanos de la Infantería, Toledo, 1925, pp. 148 y 149. 9  Real decreto de 6 de diciembre de 1911, 1º y 2º: GM nº 342. 10  Ibídem, 4º y 16. 11  Ibídem, 26, 27 y 30. Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 54-90. ISSN: 0482-5748


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