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LA ENSEÑANZA PARA LA FORMACIÓN DE OFICIALES DURANTE… 55 Respondiendo a ese deseo de reforma, los exámenes internos de las academias también sufrieron modificaciones siendo ministro de la Guerra Agustín Luque. Muchos abogaron por la supresión de estos, pero no se llevó a cabo, siendo algo que se volvería a poner en cuestión posteriormente. En el decreto que modificaba dichos ejercicios se apreciaba también el deseo de conceder mayor importancia a las prácticas en las academias. En cuanto a los exámenes se siguió el método dual utilizado para las pruebas de ingreso, es decir, un ejercicio práctico y otro oral12. A las asignaturas también se les aplicó un coeficiente de importancia, adaptándose la escala de notas del 0 al 10 para las calificaciones. Para computar la nota final, que determinaba el orden de puestos de los alumnos, se asociaba la nota media obtenida por los alumnos en las conferencias o parte teórica del curso, la media de los trabajos prácticos y la nota resultante del examen final siempre que fuese superior a cinco13. Igualmente, se advierte un mayor interés por los idiomas, ya que además del francés obligatorio se podía elegir entre el inglés, alemán o árabe. Asimismo, se decidió juzgar a los alumnos por su comportamiento personal, por lo que se adoptó un coeficiente de conducta14. Centrándonos nuevamente en la AI, se ensayaron nuevas orientaciones pedagógicas en el plan de estudios vigente de 21 de julio de 1913. Ensayo que, como indicaba el teniente coronel Hilario González, comenzó con la 22.ª promoción, perteneciente al curso de 1914-1915. Estas orientaciones se aplicaron durante tres años, señalando esta autor que tuvieron como resultado la constatación de que ninguno de los métodos promovidos por la pedagogía se podía establecer únicamente en la AI, “sino variándose o mixtificándose aquellos, según la exigencia de la clase de enseñanza que se transmite”15. Conforme se observa en las palabras del ministro de la Guerra, Juan de la Cierva, estos cambios en el sistema de enseñanza produjeron notables efectos. En su opinión, “la admirable orientación” que los reales decretos de 6 de diciembre de 1911 y 15 de mayo de 1912, así como la Real orden de 24 de abril de 1913 y disposiciones complementarias, dieron a la enseñanza en las academias, motivaron que los estudios de dicho centro tuvieran “carácter más positivo y experimental, desenvolviendo el sentido de aplicación de los 12  Real decreto de 15 de mayo de 1912, 6º: GM nº 140. 13  Ibídem, 10º, 12 y 15. 14  Ibídem, 30 y 33. 15  GONZÁLEZ, Hilario: op. cit., pág. 194. Revista de Historia Militar, 121 (2017), pp. 55-90. ISSN: 0482-5748


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