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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 137

F. JAVIER MORENO RICO que les presentaba la naviera. Sota contaba desde el primer momento con el apoyo de la mayoría de las navieras bilbaínas. Por otra parte, debemos señalar que, en aquellos días, muchos buques permanecían amarrados por falta de flete y un buen número de tripulantes de todas las categorías y departamentos se hallaban en paro. Por esa razón, la repercusión del boicot de los maquinistas de Sota fue muy limitada, aparte de que, pese a que la UMN había prohibido a todos sus afiliados salir a navegar, eran bastantes los vapores que zarpaban con oficiales de máquinas no pertenecientes a ella. El día 19 se produjo un incendio a bordo del vapor Somorrostro, aunque no se pudo relacionar con el conflicto. tanto el gobernador civil como el comandante de Marina seguían con atención el desarrollo de los acontecimientos e informaban regularmente a sus superiores en los respectivos ministerios. En particular, les preocupaba que el conflicto pudiera extenderse a «otros oficios» o puertos. El día 25, Julián Fernández Unibaso, presidente de la UMN, presentó en el Ministerio de Marina un memorando de trece páginas manuscritas donde se exponían las razones por que la asociación había ordenado a sus afiliados negarse a trabajar en los buques de Sota y Aznar. La causa fundamental no radicaba en la rebaja de sueldos decretada por los armadores a causa de la crisis, que ya había sido aceptada por la unión en una asamblea del 26 de enero, sino en el hecho de que la naviera había incluido en la nueva contrata unas cláusulas disciplinarias «injustas y abusivas». también se desmentía que la UMN fuera una «sociedad de resistencia»; en los estatutos de la entidad constaba de forma explícita que era una «Sociedad de socorro». Por último, se denunciaba ―una vez más― la contratación de maquinistas extranjeros a pesar de lo establecido en la legislación vigente. La ANB también hizo llegar sus puntos de vista al Ministerio de Marina, el 11 de marzo, mediante una carta firmada por el presidente de la entidad, el conde de Rodas (24). La misiva señalaba, en primer lugar, que lo que se estaba dirimiendo en el conflicto era, ni más ni menos, la restauración de la vulnerada autoridad de los capitanes, pues tal era el designio de la contestada contrata, y que si de lo que se trataba era de «restablecer la disciplina a bordo con la autoridad unipersonal del capitán», la ANB entendía que «los únicos llamados a solucionar la cuestión eran los armadores». Asimismo consideraba (24)  El condado de Rodas es un título nobiliario español creado el 13 de marzo de 1901, durante la minoría de edad del rey Alfonso xIII, por su madre, la reina regente M.ª Cristina de Habsburgo-Lorena, en favor del coronel de Infantería Francisco Martínez de Rodas, diputado a Cortes por Marquina y senador por vizcaya, Huesca y Santander; presidente, director-gerente y fundador de las compañías marítimas Unión y Rodas; presidente y director-gerente de la compañía Remolcadores Bilbaínos; presidente de las compañías marítimas Cantabria y Actividad, de la Asociación de Navieros de Bilbao, de la Liga Marítima vizcaína y del consejo de administración del Ferrocarril de Bilbao a Lezama; presidente y director-gerente de la compañía anónima Minas de Cala; presidente del Sindicato Minero; presidente y fundador de la sociedad de seguros y banca La Aurora; presidente de la sociedad de banca y seguros El Día, de Cartagena; presidente de la Sociedad General de Centrales Eléctricas; consejero de las sociedades Minas de turon, Crédito Industrial Gijonés y Azucarera vasco Leonesa, así como de la Banca de Francia para la Industria y Comercio. 74 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 137


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