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REVISTA HISTORIA NAVAL 138

DIEGO TÉLLEZ ALARCIA También embarcaron una cantidad de plata considerable (33). Por lo que respecta a los pasajeros, en esta ocasión encontramos dos parejas de hermanos viajando a España con la intención de educarse: Fernando María y Luis Bracamonte Velaz de Medrano, hijos naturales del finado marqués de Tabuérniga (34); José María y Julián Pío González Calderón lo eran, por su parte, de un acaudalado comerciante filipino, don José Luis González Calderón. Ninguno de ellos alcanzaría la Península en el plazo previsto, y no hay constancia de que los primeros lo consiguiesen nunca (35). Respecto a los segundos, Latre tuvo que encargarse de ambos en el Río de la Plata, con la ayuda del factor de la Compañía en Buenos Aires, Martín de Sarratea, y de su yerno Santiago Liniers (36). Las guerras de independencia demoraron su viaje hasta 1817, cuando embarcaron en el bergantín inglés Amazona, al mando del capitán Carlos Julluk (37). A esta nómina de pasajeros hay que añadir a don José Díaz Mon, a dos criados de los hermanos Bracamonte y a «14 hombres de tropa de transporte» (38). El trayecto de regreso: lorchas chinas, Cantón y varada en Banca Y es que, frente a la tranquilidad de las singladuras de la ida, la vuelta estuvo plagada de incidentes. Desde la salida de Manila, la meteorología comenzó a mostrar su cara menos amable. Durante casi una semana, la embarcación se vio obligada a voltejear la costa de Luzón en dirección norte, protegiéndose de los vientos dominantes navegando en cabotaje. Una vez llegada al extremo septentrional de la isla, mudó de rumbo y aproó al noroeste, con intención de salvar la distancia que la separaba de la costa china en el menor tiempo posible. Allí la expedición se enfrentó a un temporal de consideración que le hizo perder las «perchas de proa, pescantes de las amuras del trinquete y las sujeciones del tajamar». Al término de la travesía, la sentina había hecho 24 pulgadas (33)  «Sr. Tesorero de esta Real Aduana don Ildefonso Pateyro, extraerá V. Md. de la caja de su cargo los 450 pesos que, por diciembre del año pasado de 1804, se recaudaron a los oficiales de dotación de la fragata Santo Domingo de la Calzada, (…) por el 3% de extracción de plata, deducidos de 15.000 pesos que embarcaron en dicho buque». NAP, Aduana de Manila, 1805-1806, 8 de febrero de 1805. (34)  Sobre los Tabuérniga, véase TéLLEZ ALARCIA, D.: Jaque al rey: la conspiración del marqués de Tabuérniga. Endymion, Madrid, 2015. (35)  Fernando M.ª, de hecho, otorgó testamento en Montevideo el 6 de agosto de 1811. AGN, Uruguay, Archivos Judiciales, Civil 1º, año 1811, t. 1, ff. 18v-21r. El 17 de noviembre de 1814, el escribano Márquez sacó «testimonio del testamento contenido en estos folios» para «entregar a don Luis Bracamonte, albacea de su hermano don Fernando». Es la última noticia documental que se tiene de él hasta la fecha. (36)  Hay una abundante información sobre los gastos de los dichos en su estancia en Buenos Aires y en Córdoba en AHPBu, Archivos Privados 2. (37)  «Salió para el Janeiro con el mismo cargamento llevando de pasajeros embarcados en Buenos Aires a Juan (sic) González Calderón, José María Calderón y José Rodríguez Braga». AGNU, Archivo Histórico, Capitanía del Puerto 96. (38)  Ibídem, Capitanía del Puerto 95. 16 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 138


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