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REVISTA HISTORIA NAVAL 138

UNA FRAGATA DE LA REAL COMPAÑÍA DE FILIPINAS EN EL OCASO DE UN... de agua. No obstante, estas pequeñas averías no eran nada en comparación con lo sufrido por otros buques que hicieron por esas fechas el mismo cruce. El propio Latre hace mención de un navío sueco que, completamente desarbolado, llegó un día después que la Santo Domingo al puerto de Macao (39). Sin embargo, la recalada de la fragata en Macao no la habían provocado los leves desperfectos derivados de la tormenta. El 16 de diciembre, la Santo Domingo había avistado multitud de lorchas chinas camino del puerto de Cantón. Inmediatamente, como era costumbre, había saludado con los cañones, solicitando práctico para remontar hasta dicho fondeadero. Pero los juncos huyeron en el acto y, ante la imposibilidad de conseguir piloto local, los expedicionarios se vieron forzados a acudir a la colonia portuguesa para solicitar uno. Ya en Wampú (Huangpu) serían informados de que dichas lorchas eran piratas (40). La navegación no mejoraría a partir de Cantón. Salidos de este puerto el 17 de febrero de 1805, los expedicionarios pronto tendrían un incidente bastante grave, al encallar la Santo Domingo de la Calzada a la altura de la isla de Banca. Latre narra así el incidente: «Teníamos a la vista los pedruscos que según los planos y derroteros salen del referido islote y por tanto nos considerábamos en distancia proporcionada a evitar los riesgos de esta parte y del mencionado Bajo de la Punta NE de la Península de la Sal, y continuando con el mayor cuidado y vigías por todas partes para avisar de cualquiera novedad tuvimos la desgracia de varar de proa a las 3 ¼ en un bajo que estaba 2 ½ brazas bajo el agua, teniendo de 6 a 8 horas en popa y costados del buque por lo que aferramos al momento toda vela y pusimos en práctica cuanto juzgamos conveniente a sacar a flote la fragata que, por estar bajando la marea, no pudimos conseguirlo hasta las 2 de la mañana, que nos fuimos a franquía sin haber recibido daño sensible la fragata en el tiempo que permaneció encallada» (41). La varada no pasó de un susto, ya que los propios marineros buceadores constataron que los daños en la proa de la Santo Domingo habían sido de poca consideración, apenas un par de planchas de cobre del recubrimiento externo de la nave (42). (39)  «Al siguiente día de nuestra llegada al fondeadero de Macao entró un navío sueco desarbolado de todos sus palos hasta el asta de bandera, de resultas de un temporal que sufrió en el paso del estrecho de Bojeador algunos días antes de nuestra recalada a él». «Extracto de las navegaciones…» (40)  «Nos aseguraron que serían de piratas todas las embarcaciones chinas que habíamos visto fuera, las que no pudiendo dar prácticos y considerándonos con demasiadas fuerzas no querían atracarse a nuestro bordo», ibídem. (41)  Ibídem. (42)  «No dimos a la vela para continuar nuestra navegación hasta la tarde del 4 de marzo, cuyo intermedio invertimos en volver a colocar los pesos del buque en sus respectivos lugares, en examinar la fragata en lo posible por dentro y fuera, valiéndonos de marineros buceadores que nos aseguraron no haber recibido daño alguno a excepción de dos a tres planchas de cobre que tenía arrolladas por debajo de la amura de estribor, pero intacto el forro de madera que éstas tenían debajo», ibídem. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 17


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