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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 122

NOTAS PARA UN ESTUDIO SOBRE LA LAUREADA Y LA MEDALLA… 73 del templo, y pese a seguir sufriendo los efectos de granadas y petardos que se le lanzaban, logró entrar en su recinto y colocar la carga de trilita, que al hacer explosión arrancó la parte inferior de la escalera, quebrantando totalmente la moral del adversario, que acabó rindiéndose6. El teniente Ripoll, que sería herido dos veces más en la guerra, moriría en los alrededores de Pinto el 12 de febrero de 1937, en plena batalla del Jarama. Unos días más tarde de la acción de Almendralejo, el 14 de agosto, en la dura toma de Badajoz, el teniente don Francisco de Miguel Clemente se ganaba también la laureada encabezando un asalto a la bayoneta con sus legionarios de la V Bandera, haciendo buena la antañona reglamentación: Será acción distinguida en cualquier oficial, gefe o subalterno subir el primero a la brecha animando a los demás con su ejemplo (Decreto LXXXVIII de 31 de agosto de 1811). El teniente De Miguel moriría el 16 de octubre del 36 en combate en Chapinería… Estas eran, sin duda, las acciones que iba creando un clima de valor contagioso entre los soldados nacionales: el entorno como factor coadyuvante a la aparición de nuevos hechos heroicos, también el contacto directo con personajes dignos de emulación. Y la disciplina, que permitía encauzar todos estos actos, convirtiéndolos, además de en valerosos, en ventajosos tácticamente hablando. Para ilustrar cómo el estímulo de los oficiales cundía entre la tropa podríamos seleccionar muchos ejemplos sin salirnos del período que se considera ahora. Por no aburrir al lector, un buen ejemplo sería el del soldado de Regulares Sidi Mohamed Ben Mohamed, quien se ganó en presencia también de sus compañeros la Medalla Militar Individual en el puente sobre el río Alberche en 5 de septiembre de 1936. Estando con su escuadra de servicio vigilando el puente del ferrocarril sobre el Alberche, en Talavera de la Reina (Toledo), y habiendo observado que desde una casa cercana numeroso enemigo hostilizaba las posiciones nacionales, el áscari, excediéndose en el cumplimiento de su deber, con arrojo y desprecio de su vida y por su propia iniciativa, avanzó seguido solamente por otro soldado de su escuadra hacia la casa, y unas veces haciendo uso de su arma y otras con granadas de mano, desalojó al enemigo obligándole a huir cayendo él mismo Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 73-96. ISSN: 0482-5748 gravemente herido7. Este es el ambiente que preside la moral de las fuerzas atacantes al plantarse ante Madrid el 7 de noviembre de 1936. 6  D.O. de 28 de febrero de 1945, núm. 48. Orden de 23 de febrero de 1945. 7  O.C. de 2 de enero de 1939. B. O. núm.5.


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