mismo espacio, la Galería de los Espejos. La Gran Guerra terminaba en armisticio, con un tratado que culpaba y buscaba la humillación de Alemania y que fomentó su revanchismo, una de las causas de la Segunda Guerra Mundial. Pero, volviendo a Luis XIV, a los pocos días de su reinado los tercios españoles de Flandes eran derrotados en Rocroi, el 19 de mayo de 1643, ciudad, ahora francesa, que se encuentra a unos 80 kilómetros al sureste de Mons y unos 50 kilómetros al noroeste de Sedán. Los tercios de la infantería española habían dominado los campos de batalla de Europa durante más de 100 años desde su victoria en Pavía el 24 de febrero de 1525. Pese a la derrota, aún marcharon y 74 REVISTA EJÉRCITO • N. 921 DICIEMBRE • 2017 combatieron por Flandes cosechando victorias durante varias décadas. El Institut Geographique National ha editado una serie de mapas temáticos de Francia, uno de los cuales, el 908, se intitula «France Lieux de Batailles», y la derrota española en Rocroi está perfectamente señalada en el mapa. No pasa lo mismo con la derrota francesa de San Quintín, resonante victoria española, en la que las tropas lideradas por el duque de Saboya, el duque de Egmont y Julián Romero derrotaron a las francesas del duque de Montmorency. Una de las consecuencias de la victoria fue la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por su católica majestad Felipe II para conmemorarla. San Quintín tampoco es ciudad afortunada para Francia. Los franceses han sido derrotados en esa misma zona en 1871, 1914, en 1918 y 1940. La posición estratégica de la ciudad proviene de ser punto de paso hacia la capital, París. Felipe II, el rey prudente, quizás no lo fue tanto, pues nombró a don Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el gran duque de Alba, para acabar con los problemas en una de sus posesiones, los Países Bajos. El «duque de hierro» estableció el Tribunal de los Tumultos, una de cuyas víctimas sería el duque de Egmont5, ajusticiado en Bruselas el 5 de junio de 1568, originado todo por los disturbios iconoclastas, incitados por los calvinistas, que no podían quedar sin respuesta de la monarquía católica. Por ello, el duque de Alba fue nombrado gobernador de los Países Bajos españoles y, desde Italia, se dirigió hacia Flandes siguiendo el llamado «Camino Español» en el año de nuestro señor de 1567. Fue el inicio de la guerra de los 80 años, que terminó, según los libros de historia, con la paz de Westfalia en 1648, acuerdo que marca la consolidación del Estado moderno según los manuales de re- Don Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III duque de Alba laciones internacionales.
EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 921
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