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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017

134 LUIS EUGENIO TOGORES SÁNCHEZ sas, y con potencial económico infinito, Filipinas y los islarios del Pacífico dejaban de formar parte importante del patrimonio de Isabel II. Las posesiones de ultramar seguían siendo uno de los principales activos a cuidar de la Corona española, deseadas por unas potencias listas para arrebatárselas a la menor oportunidad. Aunque es necesario decir que la riqueza cubana, el poder de la oligarquía de plantadores, la sacarocracía, hizo que la riqueza enorme de las Filipinas fuese infraexplotada por todos los gobiernos madrileños del siglo XIX. La distancia entre la Península y Manila fue determinante. Ni siquiera la llegada del barco de vapor y la apertura del canal de Suez puedo aminorar el desconocimiento, olvido, sensación de lejanía y abandono que la clase política madrileña tuvo, salvo contadas excepciones, hacia las Filipinas y, qué decir tiene, sobre los archipiélagos españoles del Pacífico. Para O´Donnell la conservación de las colonias era algo incuestionable, pero además en su proyecto político estaba –al igual que en el de los gobiernos de Londres y de París- la ampliación de las posesiones de España en ultramar y la explotación de sus riquezas, siguiendo el ejemplo que hacían que otros europeos metropolitanos viesen mejorar sus niveles de vida gracias a la explotación colonial. Los motivos que llevaron a la Unión Liberal a tener como uno de sus objetivos la acción exterior de prestigio y colonial no coinciden en su totalidad con los análisis de la historiografía anglosajona, con los estudios, ya clásicos, de Fieldhouse5 sobre los motivos de la expansión colonial y los de D.R. Headrick6 sobre los medios materiales que permitieron esta expansión, ya que podemos considerar que no se ajustaban, en la mayor parte de su postulados, al caso de la España de O´Donnell. En su modestia de medios y por distintos motivos la España de mediados del siglo XIX aspiraba a mantener y, en ciertos momentos, a acrecentar las posesiones de la Corona en ultramar por algunas de las razones que cita Fieldhouse – económicas y de prestigio-, aunque con muchos menos medios materiales de los estudiados por Headrick. El instrumento fundamental para desarrollar la acción exterior de la Unión Liberal fue la existencia de unas fuerzas armadas, ejército de tierra y armada, razonablemente poderosas y eficientes, sustentadas por una hacienda pública capaz de afrontar los gastos de una acción militar exterior limitada. Todo esto con el apoyo de una población dispuesta a arrostrar con cierta decisión y patriotismo los riesgos de unas siempre inciertas campañas militares en ultramar. 5  FIELDHOSE, D.K.: Economía e Imperio, Siglo XXI, Madrid 1977. 6  HEADRICK, Daniel R.: Los instrumentos del Imperio. Tecnología e Imperialismo europeo en el siglo XIX, Altaya, Madrid 1998. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2017, pp. 134-158. ISSN: 0482-5748


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