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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017

176 EMILIO DE DIEGO GARCÍA Obligado el Gobierno de México a aceptar las imposiciones que se le hicieron, la bola de la Deuda crecía cual bola de nieve. La prensa mexicana fue un clamor contra aquel convenio y el Congreso pidió su revisión. El embajador español solicitó a nuestro país una “demostración de fuerza”, que se llevó a cabo por los barcos del apostadero de La Habana. Las discusiones continuaron y las protestas españolas llevaron a un enésimo tratado, firmado en este caso, el 12 de noviembre de 1853. Como siempre no se había secado la tinta de la firma cuando ya se producían los primeros problemas. Según el gobierno de México se habían descubierto algunos fraudes por parte de los acreedores. El artículo 13º del Convenio de 1853 admitía que las reclamaciones españolas aceptadas eran únicamente las de origen y propiedad española, no otras que hubieran pasado a ser propiedad de ciudadanos de otra nación. Para burlar esta última clausula algunos acreedores pidieron la nacionalidad española14. Lo cierto es que una quiebra más, la de 1854, hizo necesario retomar las negociaciones y, a tal fin, se decidió reunir una Convención de los 39 acreedores más importantes para aclarar la deuda. Reunión celebrada el 25 de octubre de ese año. Las cifras allí expuestas arrojan, entre otras informaciones, dos datos significativos: 1) el total de la deuda reconocida ascendía entonces a 5.162.695 pesos y 2) el volumen de la deuda a favor de la casa Agüero (la de la familia política de Prim) que, junto con D. J.M. Basoco, reclamaba 265.400 pesos. Pero poco más, pues en marzo de 1855, las autoridades de México intentaron impugnar todo el procedimiento seguido desde 1846-47. En ese sentido presentaron una protesta al gobierno español, afirmando que éste no tenía derecho a apoyar a los tenedores de aquella deuda, a la que volvía a calificar de interior, cuya gestión correspondía únicamente a los gobernantes mexicanos. El ministro de Hacienda, Guillermo Prieto, suspendió el pago de la deuda española al 8 por 100 hasta que se revisara el tratado de 1853, pero continuó atendiendo el servicio de las deudas francesa e inglesa. La tensión entre la república mexicana y el gobierno español llegó a un punto que hacía presagiar el enfrentamiento total. un año a los potenciales acreedores para presentar documentadas sus reclamaciones que aún no hubieran sido presentadas. Se liquidaría deuda sin interés desde 27-IX-1821 a 1847. 14  Ver Payno, M. Ob. Cit. Este fue el caso, entre otros muchos, de los señores Garay (que era mexicano) Gargallo y Carrera (que adquirieron la nacionalidad española en 1847). Los tres presentaron reclamaciones por compromisos de distintas fechas desde 1804 a 1847, por un importe cercano a los dos millones de pesos. También don José Mª. Basoco por varias escrituras de 1798 y otras de 1809, 1816, 1829, 1837 y 1843, por un total, en este caso de 251.739 pesos. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2017, pp. 176-200. ISSN: 0482-5748


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