Page 182

REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017

O´DONNELL, PRIM Y LA EXPEDICIÓN A MÉXICO 181 y Austria, iniciada el 5 de mayo de 1859, dentro del proceso de unificación italiana, obligó a Napoleón III a aplazar sus proyectos en México. Además no sólo los conflictos en el Viejo Continente frenaban los afanes intervencionistas de Francia, Inglaterra y España al otro lado del Atlántico. Allí habría que tener muy en cuenta la posición de Estados Unidos y sus ansias expansionistas. Fue George Washington, el primero en señalar como uno de los objetivos esenciales de la política estadounidense el “¡América para los americanos!”, esta teoría a la que acabaría dando nombre John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos reformuló aquella proclama y advirtió que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que provocaría la reacción estadounidense. James Monroe repitió y popularizó, en 1823, esa “doctrina” que acabaría tomando su nombre. Aun con algunas limitaciones el veto al “neocolonialismo” europeo se había mantenido con, no poca eficacia, en las décadas siguientes. Al margen de los condicionantes externos, la situación no mejoró en los meses siguientes. México, en plena guerra civil, no estaba en condiciones de satisfacer las demandas españolas y las de los otros países europeos con intereses allí. Pero éstos tampoco pudieron intervenir de momento. Habría que esperar una mejor oportunidad y entre tanto España volvió a la vía diplomática. Después de varios meses de negociaciones y, tras salvar no pocos obstáculos, nuestro embajador en París, Alejandro Mon, alcanzaría un nuevo compromiso con el representante en la capital francesa del gobierno conservador de México, presidido por Miramón, el general Almonte21. Por el denominado tratado Mon-Almonte, de 26 de septiembre de 1859, México se comprometía a satisfacer las demandas españolas y, de este modo, se reanudaban las relaciones diplomáticas. España envió a Pacheco al frente de nuestra embajada en la capital azteca. En realidad solo nos representaba ante uno delos bandos en la lucha por el poder, pues Juárez rechazó el acuerdo el 30 de enero de 1860, cuando aún festejaba Mon el pacto logrado. Con todo, el tratado Mon-Almonte parecía haber abierto las puertas al entendimiento pacífico hispano-mexicano, pero una vez más tales esperanzas de normalización se verían pronto defraudadas. Desde la firma de este acuerdo, la situación en México cambió radicalmente en apenas unos meses. La ofensiva lanzada por los revolucionarios consiguió notables avances. Ya en agosto de 1860 dominaban Guadalajara y Puebla y, tras la batalla de Calpulalpan (22-XII-1860), las tropas de Juárez entraron en Ciudad de México, 21  Ver Diego García, E. de: Estudio preliminar a Alejandro Mon. Discursos Parlamentarios. Ed. Congreso de los Diputados, Madrid, 2002, pp. 63-66. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2017, pp. 181-200. ISSN: 0482-5748


REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017
To see the actual publication please follow the link above