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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017

186 EMILIO DE DIEGO GARCÍA inglés, en el jefe principal de aquel ejército expedicionario europeo. El 10 de enero, en una primera reunión, los representantes de Inglaterra, Mr, Wyke; de Francia, Jurien de la Gravière y el propio Prim, fijaron las principales metas de su presencia en México y tres días más tarde volvieron a verse para presentar un ultimátum al gobierno Juárez. Las autoridades mexicanas, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, el general Manuel Doblado, se apresuraron a contestar a Prim aceptando la entrega de la aduana de Veracruz y la fortaleza de San Juan de Ulúa. Doblado se mostró dispuesto a desplazarse hasta Puebla para conferenciar, en privado, con los representantes de Francia, España e Inglaterra. La propuesta oficial del gobierno de México se produjo el 23 de enero y en ella el ministro Doblado, aprovechaba para resaltar: 1º) la solidez del régimen “juarista” desde Nuevo León y Sonora hasta Yucatán y Chiapas; 2º) Que no era necesaria ninguna intervención armada de las fuerzas de Londres, París y Madrid. 3º) La solvencia del gobierno, sólido y fiable, que decía contar con la voluntad y los medios suficientes para satisfacer las exigencias que se le planteaban. Ofrecía negociar en Orizaba los convenios que dieran fin a los problemas pendientes. Más aún, invitaba a los representantes europeos a trasladarse hasta aquella ciudad, sin otro acompañamiento que una guardia de honor de 2.000 hombres, pudiendo reembarcar los contingentes militares restantes para que no diese la sensación de que se habían arrancado a México los acuerdos por la fuerza23. A la vista de esta actitud, el conde de Reus informaba al capitán general de Cuba de las buenas perspectivas para alcanzar un arreglo en breve plazo. Le pedía el envío de todos los hombres disponibles; de medios de transporte y de dinero para hacer frente a los gastos de mantenimiento de sus fuerzas. Preocupaba especialmente el gran número de soldados afectados por el vómito negro, enfermedad que hacía clarear las filas de aquel ejército español. Los hombres que habían de ser devueltos a los hospitales de La Habana se contaban por centenares. Los generales Rubalcava y Gasset fueron de los primeros reembarcados. A finales de enero de 1862, en sentido contrario, salían de la capital de Cuba, a bordo del Álava y del San Quintín, el resto de las fuerzas y el material que aún se podía enviar a las costas de México, hasta que se dispusiera de otros barcos. Un escuadrón, la compañía de zapadores, una batería rodada completa; carros, mulas, carretas y cuanto se iba pudiendo acopiar, incluso algunos presidiarios a cambio de rebaja en sus condenas. 23  Archivo de la Academia de Infantería de Toledo (AAIT). Nota del gobierno de la República de México a los ministros aliados de 23 de enero de 1862. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2017, pp. 186-200. ISSN: 0482-5748


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