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EL SOCORRO DEL MALUCO la flota. Lógicamente, cuando la expedición era importante, estos cometidos recaían en los galeones de guerra. No obstante, cuando el Socorro era de poco fuste, los títulos de capitana y almiranta recaían entre los pataches. El capitán o cabo del Socorro, nombrado por el gobernador de Filipinas, era la máxima autoridad militar y política durante la travesía. instrucciones principales Analizando diversas instrucciones que los gobernadores de Filipinas ordenaron a los cabos del Socorro en diferentes periodos de su vigencia, podemos ver que todas coinciden en el deber de cumplir con los siguientes preceptos: ― estaba prohibido jurar durante la travesía, y todos los tripulantes y pasajeros debían embarcar confesados y comulgados; ― no estaba permitida la presencia de mujeres a bordo, excepción hecha de las hijas y las mujeres de los destinados a los fuertes moluqueños, algo por lo demás muy infrecuente pues lo habitual era que los familiares aguardasen en Manila el fin del servicio, a causa de la dureza de la vida en aquellos; ― se intimaba a navegar lejos de la costa y a hacerlo siempre en conjunto siguiendo a la nao capitana (a su bandera durante el día y a su farol durante la noche); ― en las diversas instrucciones analizadas hemos detectado el establecimiento de diversas señales de alerta. y así, si una embarcación tuviese algún escape de agua o sufriese la rotura de algún árbol o verga, la señal de socorro convenida consistía en amainar la vela de gavia durante un tiempo; si el problema se declaraba por la noche, la alerta era una señal de fuego (hecho por una mezcla de pólvora y vino blanco, dispuesta sobre una tabla para que fuera visible desde las otras embarcaciones) (28). En el Socorro de 1623 se acuerda que, ante cualquier imprevisto, la señal de alerta consista en el disparo de una pieza de artillería y la colocación de un gallardete en el tope del palo mayor. Si el percance ocurriese por la noche, se deberían disparar dos piezas y colocar un farol en la proa, para que pudiese ser visto por la capitana (29); ― una de las instrucciones más importantes era «tomar la señal». Antes de la partida se establecía un código de contraseñas, una para cada día de la semana, que solían estar asociadas a nombres de santos. Con este sistema de reconocimiento se quería evitar el peligro derivado de la eventual cercanía de naos enemigas y de la dificultad para distinguirlas, (28)  AGI, Filipinas 49, N.57. Confirmación de encomienda de Lapo, etcétera. Manila, 23 de septiembre de 1643. (29)  AGI, Filipinas 39, N.42. Petición de Alonso de Castañeda de confirmación de encomienda, 18 de julio de 1625. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 19


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