Page 36

RHN 140 MAS SUPLEMENTO

LA ESCUADRA DE GALERAS DE CATALUÑA cuánto costaba el mantenimiento de las escuadras del rey y empezaban a percatarse de su imprudencia al haber querido sustituir en este capítulo a la Corona. Por añadidura, las galeras catalanas no levantaban cabeza en su función propia de defender las costas del Principado, pues apenas consiguieron algunas presas poco importantes, salvo una nave de 16 cañones y 100 tripulantes que capturó la capitana el 28 de octubre de 1614 «amb l’ajuda de tres galeres de l’escuadra d’Espanya» (11). Esta falta de presas y el exiguo rendimiento de los impuestos recaudados estaba llevando a la escuadra de la Generalitat a una difícil situación; por ello, a finales de 1610 los diputados pidieron al rey que, bien les aportara medios económicos con cargo a los fondos de la Cruzada, bien les adjudicara el transporte de moneda a Italia, que venían realizando las galeras de Génova. Ambas propuestas fueron rechazadas. Los fondos de la Cruzada ya estaban afectos a sostener las galeras del rey y, de haberse desviado, habría fallado la causa primera de la licencia concedida para autorizar la escuadra catalana, esto es el alivio de las cargas financieras de la Corona, aparte de que ello era contrario al acuerdo alcanzado con la Generalitat. El transporte del dinero a Italia tampoco era factible porque, de un lado, supondría el incumplimiento de los acuerdos con las galeras de Génova al servicio de España y, de otro y fundamental, porque las galeras catalanas se crearon para defender las costas de Cataluña y no para separarse de ellas, en cuyo caso faltarían a su función propia y causa misma de su existencia. Recuérdese, por otra parte, las importantes ayudas que ya tenían concedidas. No se podía pretender tener escuadra propia y que la pagasen los demás. Ante esta situación, los diputados catalanes pidieron hacer uso de una de las cláusulas del acuerdo de 1599 para que el rey adquiriera las galeras, previa su valoración. No obstante, algunas capturas adicionales de corsarios africanos y el júbilo que produjo la liberación de los cautivos que remaban en los buques capturados detuvieron, de momento, esa pretensión. Sin embargo, la situación económica no mejoraba por lo que, de acuerdo con el virrey, en noviembre de 1613 se desarmaron las dos galeras sencillas, Sant Ramon y Sant Sebastià, para reducir gastos. En 1617 y 1620, la Generalitat recurre al sistema de arrendar la recaudación de impuestos de las galeras, ofreciendo al arrendador, junto a otras ventajas, la de realizar viajes comerciales con los buques, cuyo beneficio se repartirían a partes iguales, lo que representaba un clamoroso incumplimiento de la función que tenían encomendada; ello, naturalmente, supuso una fuente de conflictos con la Corona, que no lo autorizaba. En julio de 1621, con ocasión de un viaje de estas características, el virrey negó la autorización, alegando que las galeras se habían armado para la defensa de las costas y no para viajes (11)  GILABERT TOMàS, Jordi: «La defensa contra el cors musulmà: l’esquadra de galeres de la Generalitat de Catalunya (1599-1623)», en Drassana, núm. 21, 2013, p. 105. Creemos más bien, por lógica, que sería la capitana de Cataluña la que ayudaría a las tres galeras de España, y no al revés, pero valga la licencia patriótica. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 35


RHN 140 MAS SUPLEMENTO
To see the actual publication please follow the link above