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Revista de Historia Militar 123

SOBRE EL MITO DE LA CARGA AL MACHETE... 165 por heridas de guerra.74 Y ello por no hablar de las instalaciones sanitarias de la trocha que discurría desde Mariel a Majana, donde fueron muy pocos los atendidos por heridas en combate y sin que hayamos encontrado referencias concretas al ingreso de pacientes atacados con machetes75. Como indica uno de los médicos que los atendió y redactor de una de las obras donde se ofrecen los datos antes expuestos, Federico Baeza Gozalbes, “Sorprenderá quizá esta exigua proporción de heridos de machete, cuando tanto se ha hablado y exajerado respecto a esta temible arma de los insurrectos. Nosotros, que hemos operado con las columnas en las dos guerras de Cuba, sabemos que los insurrectos cargaban muy pocas veces al arma blanca contra nuestras tropas, y si lo han hecho, ha sido únicamente cuando su número era muy superior al nuestro”.76 Además, y aunque podían llegar a ser atroces, sus heridas no fueron por regla general tan graves como las provocadas no sólo por las armas de fuego,77 en particular las balas explosivas usadas por los mambises aun cuando estaban prohibidas internacionalmente, sino por otros traumatismos a pesar de las grandes hemorragias que causaban pero que, no obstante, solían cicatrizar pronto y con relativa facilidad.78 No cabe duda que los escritos y la prensa cubanos y estadounidenses difundieron con suma eficacia las grandes victorias que los combatientes pro independentistas conseguían con estas temibles cargas al machete. Claro que también contribuyó a mitificarlas la propia prensa española que explicaba con todo lujo de detalles los ataques sufridos por los soldados allí destinados, para lo que baste dar un par de ejemplos. El primero de ellos nos lleva hasta el tristemente célebre en su época soldado Jerónimo Blanco Incógnito, el cual fue rodeado por varios insurrectos de la partida de Maceo el 9 de junio de 1895 que le cosieron a machetazos aunque finalmente logró salvar su vida al hacerse el muerto, hecho que fue ofrecido a los lectores con tintes dramáticos y recreándose la acción por medio de dibujos.79 Por su parte, el segundo ejemplo hace referencia al soldado Francisco Domínguez López ya citado con anterioridad, quien el 27 de octubre de 1896 recibió cinco machetazos antes de ser rescatado medio muerto y cuyas fotografías mostrando sus horribles cicatrices 74  BAEZA GOZÁLBES, Federico: Contribución a la historia médico-quirúrgica de la última campaña de Cuba. Hospital Militar Alfonso XIII. Estadística de operaciones practicadas y traumatismos asistidos en la Clínica de Heridos y Cirujia General del Médico Mayor, Valencia, Revista de Historia Militar, 123 (2018), pp. 165-174. ISSN: 0482-5748 1899, p. 147. 75  MITJAVILA Y RIBAS, Jaime: Topografía médica de la Trocha de Mariel a Majana. Habana, 1898, pp. 44-46. 76  BAEZA GOZÁLBES, Federico: op. cit., p. 147. 77  TONE, John Lawrence: op. cit., pp. 182-183. 78  ESTEBAN MARFIL, Bonifacio de: “Los médicos y la Guerra de Cuba”, en Seminario Médico, nº 53, 2001, pp. 68-69. 79  MUNDO NUEVO, 25 de julio de 1895, p. 7.


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