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Revista de Historia Militar 123

DURA LEX SED LEX... 73 mento y a una señal de cruz saber que Juan Simó va la mayor parte del tiempo paseando la capa (sic) sin que se aplique al trabajo, habiendo oído decir que casi siempre va por casas de mujeres sospechosas».124 De resultas de estas declaraciones, Juan Simó fue destinado a servir como soldado al regimiento de Ultonia; cuando se encontraba a punto de ser enviado a Cartagena, la orden fue paralizada debido a que «por orden posterior de dicho eminentísimo señor (el cardenal de Molina) se está tratando de ciertos informes sobre la causa de dicho Simó»125. Al parecer la súplica de Simó sirvió para que el alcalde mayor de Valencia investigara «en razón de la vida y costumbres de Juan Simó ... por las que se viene en conocimiento de ser inciertos los excesos que se le imputan y motivaron su prisión».126 Una vez comprobada la falsedad de los testimonios, el 27 de mayo de 1741 ordenaba la puesta en libertad de Juan Simó y, al mismo tiempo, que se procediera «con todo rigor al castigo de los testigos que depusieron contra él, substanciando la causa conforme a derecho para escarmiento de otros».127 El segundo caso corresponde Joseph Vicente Domingo, contra quien habían declarado varios testigos que aseguraron que el acusado maltrataba a su esposa; ésta, Dionisia Gargallo, había testificado «que ha como quince años que es casa (sic) con el dicho Joseph Vicente en cuyo tiempo no ha cesado de maltratar así de obra como de palabras a la testigo tratándola de puta y al mismo tiempo dándole golpes llegando a tal extremo el maltratar a la testigo que ha estado por mucho tiempo en poder de cirujano».128 El acusado escribió una carta de súplica en la que declaraba «que siendo yo hombre de bien, aplicado al trabajo y cuidadoso de mi mujer y familia, me encuentro preso como si fuera un hombre de procederes torcidos». Según el suplicante, todos sus males tenían origen en su esposa y el amante de ésta, quienes «han conspirado contra mí procurándome cualquier mal para que no les estorbase su reprehensible conducta ... a influjos, según creo de los mismos, se me ha fraguado esta impostura, causa de mi prisión y quizá de mi desgracia».129 Curiosamente, Vicente Domingo fue puesto en libertad por ser de avanzada edad y declarado inhábil por padecer una hernia ocasionada «de una fuerza violenta con la cual resultó de rotura en la parte derecha de la ingle»130. Revista de Historia Militar, 123 (2018), pp. 73-80. ISSN: 0482-5748 124  Ibíd., doc. 3 (16), ff. 5 r. a 6 v. 125  Ibíd., doc. 3 (16), f. 22 v. 126  Ibíd., doc. 3 (17), f. 19 v. 127  Ibíd., doc. 3 (17), f. 20 r. 128  Ibíd., f. 5 r. a 6 v. 129  Ibíd., f. 14 r. 130  Ibíd., f. 15 v.


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