JOSÉ PEÑALVA ACEDO El ataque sobre el Canarias tomado desde el HMS Kempenfelt. (Foto: IWM. Archivo del autor) na, maestranza, etc.» (7), en lo que sin duda constituye el mayor desastre humano acaecido a un buque en la historia de la Marina española ―téngase en cuenta que en esta acción murieron más hombres que en todas las operaciones navales de la guerra de 1898. A las 07.20 reaparecen los cruceros nacionales, iniciándose el traslado de los heridos. El Canarias permanece con las máquinas en marcha y no arría ningún bote, en previsión de un ataque que efectivamente llega a las 08.58, cuando una formación de nueve Tupolev SB-2 Katiuska bombardea los buques, acción cuya peor parte se llevó el Boreas, donde hubo un muerto y cuatro heridos. Triste y duro tributo para una acción tan desinteresada. Análisis y consecuencias Después del combate, en las filas republicanas ―y, dentro de estas, especialmente los soviéticos― se criticó al almirante Ubieta por no ir a cazar al resto de la flota nacional. Ubieta adujo en su defensa que ordenó el cese del fuego por la pérdida del contacto con la División de cruceros, debido a que el (7) CEREZO MARTíNEZ, R.: op. cit. 108 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 141
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