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TEMAS PROFESIONALES antes de que salten las alertas entre sus competidores occidentales. Eso sería concomitante a un proyecto expansivo, apoyado en su crecimiento económico, pero también —inevitablemente— a su acuciante necesidad de hidrocarburos y materias primas. En pekín no se contempla seriamente ninguna guerra abierta, debido —entre otros factores— a la (todavía) superioridad militar de los Estados unidos. pero eso no es óbice para que se persigan esos objetivos (y esa expansión) de un modo más sutil, gradualmente, sin provocar que salten las alarmas. Dicho con otras palabras, del modo en que la gZ es más útil y más eficaz. La GZ en el mar de China Así las cosas, el futuro económico y político de China depende en gran medida de que pekín se asegure ese flujo de suministros. Incrementar su presencia en zonas que los contienen es la solución aparentemente más fácil. pero, al final, todo bascula sobre el control de las rutas que siguen esas fuentes de energía y esas materias primas. por otro lado, la suma de ambas consideraciones puede tener efectos sobre la distribución de poder a escala regional y, dada la importancia de los recursos y de los actores en liza, incluso a escala global. Es lógico, en definitiva, que los movimientos chinos sean objeto de preocupación desde Washington (Johnson, 2017:5-6)… y desde Japón. El desarrollo del plan chino contiene, en sí mismo, un buen catálogo de las posibilidades que ofrece la gZ. A veces se alude, en esa línea, al salami tactic (Mazarr, 2015:2-4; Wirtz, 2017:109), que se refiere a la concatenación de una serie de pequeños avances, incruentos (dato relevante para comprender que se trata de una gZ), que se van consolidando a modo de hechos consumados (fait accompli), de manera que la reacción de terceros sea más difícil. Ciertamente, impedir que se tome una isla o un pequeño archipiélago siempre es más fácil (tanto política como militarmente) que tener que echar de ahí a los nuevos inquilinos. Estas tácticas se apoyan en la smile diplomacy, que permite que China se presente como una potencia especialmente benévola (trustworthy) (4). Esto es lo que ha estado sucediendo, al menos, hasta finales del siglo XX (pero también, quizá, a principios del siglo XXI), aunque puede que las cosas estén cambiando, porque China persevera en su intención de ganar posiciones en el primer cinturón de islas (con Japón, filipinas y Taiwán como principales (4) La proyección internacional de este relato interno data de los tiempos de Mao: China se presenta como el paladín de los estados del «Tercer Mundo» (precisamente, un concepto maoísta, hoy en desuso en Occidente) al presumir de haber establecido una relación de tipo «sur-sur», enfrentada a la «norte-sur» (o sea, desigual) atribuida a las potencias coloniales, así como a los Estados unidos. 560 Octubre


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