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33 También es importante destacar que las Fuerzas Armadas españolas contaron en todo momento con el dominio del mar, donde la Armada patrullaba las aguas africanas ejerciendo una eficaz labor de demostración de fuerza y control de costas con vistas a impedir el contrabando de armas. Para ello se formaron dos agrupaciones navales: la División A, compuesta por el crucero Méndez Núñez y los destructores Churruca, Gravina y José Luis Díez, que controlaban la costa desde Agadir hasta el cabo Bojador; y la División B, formada por el crucero Canarias y el Almirante Cervera, y los destructores Escaño, Almirante Miranda, Almirante Antequera y Jorge Juan, que actuaban como Reserva en Canarias. COMIENZAN LAS OPERACIONES El 19 de noviembre de 1957 se firmaba la «Orden General para la Consolidación y Defensa de Nuestras Actuales Posiciones», la cual erróneamente se refería solo al Sáhara, pues consideraba que Ifni no sería atacado. Con Tan Tan y Smara evacuadas, el territorio quedó dividido para su defensa en tres zonas de operaciones, cada una guarnecida por una agrupación táctica, de la siguiente manera10: •  Agrupación B, en Villa Bens, sobre la base de la II Bandera de la Legión. •  Agrupación A, en El Aaiún y su playa, sobre la base de las Banderas VI y XIII de la Legión. •  Agrupación C, en Villa Cisneros, sobre la base del Batallón Cabrerizas y la IV Bandera de la Legión, reforzados con algunas unidades auxiliares. Su misión en aquellos momentos se limitaba a la defensa estática de las posiciones y al reconocimiento de las zonas circundantes. A mediados de noviembre, el general Gómez de Zamalloa contaba ya con una masa de maniobra de 5 200 soldados en el Sáhara, una fuerza más que respetable para enfrentarse con posibilidades de éxito a las fuerzas irregulares del EL11. A partir de diciembre de 1957, con la situación militar en Ifni estabilizada en un territorio reducido a la propia capital y su perímetro defensivo, el centro de gravedad de las operaciones se desplazó al Sáhara, donde durante el mes anterior la llamada «banda de Tafudart» del EL, había producido diversos ataques en la zona de El Aaiún, así como saqueado el faro de cabo Bojador, cuyo personal fue secuestrado y trasladado a Marruecos. Los informes sobre acumulación de numerosas fuerzas enemigas en la Saguía Al Hamra y los continuos ataque en la zona de El Aaiún pusieron de manifiesto la peligrosa situación en que se encontraba el Sáhara, con las posiciones del interior en manos del Ejército de Liberación y las guarniciones costeras cercadas. Con vistas a modificar esta situación tan desfavorable, el día 22 de diciembre se ordenó un reconocimiento en fuerza del pequeño oasis de Mseied en los alrededores de El Aaiún por dos compañías de la Legión, apoyado por la Aviación, que causó veinte bajas a los rebeldes con tan solo dos heridos propios. El éxito obtenido se tradujo en un exceso de confianza lo que provocó, en lo que desde el punto de vista táctico fue un error, el más duro y cruento combate en Edchera sobre el cauce de la Saguía. En este terreno quebrado en el que la ocultación era difícil, el 13 de enero de 1958, la XIII Bandera de la Legión sufrió una emboscada al carecer de flanqueos y su 2.ª Compañía, que marchaba en vanguardia, resultó duramente batida por el fuego enemigo llegándose al combate al cuerpo a cuerpo. Cuando se produjo el repliegue al atardecer, las bajas ascendían a 48 muertos y 64 heridos12. Este «pequeño desastre» en África, que a muchos hizo recordar épocas pasadas, se tradujo en una contundente reacción de las autoridades españolas que tomaron conciencia de la gravedad de la amenaza. En enero de 1958 se reorganizó la estructura administrativa de los territorios africanos, de manera que Sáhara e Ifni pasaron a convertirse en provincias dependientes de Presidencia de Gobierno en los asuntos administrativos y en zonas de operaciones independientes bajo el mando de la Capitanía General de Canarias en los aspectos militares, con lo que se acortaba la cadena de mando, se individualizaban los problemas militares en cada zona y se agilizaba la toma de decisiones sin intromisiones políticas13. Pero esta decisión también tenía un propósito político; servía para mostrar la voluntad de España de permanecer en los territorios africanos14. Desde el punto de vista operativo, la acumulación de tropas en el territorio del Sáhara se consideró suficiente, por lo que las autoridades militares españolas decidieron qua había llegado el momento de tomar la iniciativa. LA OPERACIÓN TEIDE El 10 de enero de 1958 llegaba al Sáhara, el recién ascendido a general de división procedente del arma de caballería, Héctor Vázquez nombrado nuevo gobernador general y cuya misión era la de restablecer la administración española en todo el territorio. Cuando el general se incorporó a su nuevo destino en El Aaiún la situación militar era muy difícil, con las tropas acantonadas y las poblaciones costeras cercadas15. Romper esta situación y recuperar la iniciativa resultaba esencial, por lo que pronto entendió que la única manera de vencer al enemigo era utilizando unidades con gran movilidad táctica apoyadas por la aviación que actuasen ofensivamente y, sobre todo, con la colaboración con los franceses. Para lograrlo dispuso que, con las fuerzas de guarnición junto con los refuerzos que recientemente habían ido llegando al Sáhara, se crearan tres agrupaciones que debían estar dotadas de una gran autonomía operativa y logistica16. La primera era la de El Aaiún, con unos 3 000 soldados, a los que había que sumar otros 400 en la playa de Sidi Atzman, crítica para el abastecimiento a la plaza. La segunda en Villa Bens, donde quedó organizado un importante núcleo de fuerzas que sumaban otros 3 000 hombres. Finalmente, en Villa Cisneros se concentraron dos batallones expedicionarios además de los servicios hasta completar algo más de 2 000 hombres. Una vez que las fuerzas militares españolas en el Sáhara contaban con 10 500 hombres, se decidió pasar a la


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