Page 205

RHM_124

204 MARIANO CUESTA DOMINGO zación en el mapa de realidades topográficas y humanas del territorio. La cartografía se enriquecerá con la obra de unos y otros y cuando un maes-tro, en su gabinete, recoja toda la información, la obra resultante será creación suya pero fruto del conjunto. La Carta de América del Sur de De la Cruz Cano, es un ejemplo arquetípico que aquí interesa especial-mente por su notabilísimo trabajo de gabinete manejando ingente canti-dad de fuentes y dando su fruto en su famosa y conocida obra de 1775. La aportación misional durante el siglo XVIII a la geografía ame-ricana ha sido importante; las obras de Amich, Sobreviela, González Agüero, Menéndez, Escalante, Serra, etc. fueron capitales para el co-nocimiento del medio físico y de la demografía y población indígena, del proceso de cambio, patrones de asentamientos, producciones, cli-ma, vegetación, costumbres, modos de vida y de adaptación, hidrografía (ver fig. 10), clima y todos los aspectos de las denominadas ciencias humanas. Los frailes estuvieron a la altura de las circunstancias y de su tiempo, participaron en expediciones científicas o así denominadas sobre ámbitos oceánicos y aportaron su saber profano que fue bien recibido y considerado, sin abandonar su alta misión religiosa. Se mostraron agen-tes óptimos para la ampliación de horizontes geográficos y puesta en contacto con otras culturas, nuevas e ignotas. Por su actitud, viendo en la naturaleza, inmensa, un conjunto de maravillas, considerando al mundo aborigen (desvertebrado, incomunicado, aislado) con su particular ópti-ca de fraternidad universal. La resultante fue la integración del medio y el hombre merced a la difusión de una lengua franca, de una escala de valores común y colaborando a la aplicación de una normativa jurídica general. En el Pacífico, hemos subrayado, contribuyeron al descubrieron de islas especialmente las de Tahití; sus diarios y mapas (Museo Naval, Centro Cartográfico del Ejército de Madrid, Archivo General de Indias de Sevilla y Real Sociedad Geográfica de Londres) estaban aquejados por una falta de difusión rápida; frente a la publicación de los protago-nizados por diarios ingleses, sobre todo, hizo que los descubrimientos y exploraciones protagonizados por los españoles tardaran mucho en ser reconocidos y, en consecuencia, su repercusión toponímica es mucho menor por más que la cartografía coetánea los recoja. En tiempos más contemporáneos los progresos de la cartografía continental e hidrográfica se desarrollaron extraordinariamente por su carácter totalmente experimental y pragmático, por haber sido objeto prioritario de instituciones tales como los cuerpos militares43 de Estado Mayor, Brigada Topográfica, Depósito de Guerra y Depósito Hidrográfi-co o instituciones civiles tales como Institutos Geográficos y Catastrales, Revista de Historia Militar, 124 (2018), pp. 204-208. ISSN: 0482-5748


RHM_124
To see the actual publication please follow the link above