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CARACTERÍSTICAS Y EVOLUCIÓN DEL EJÉRCITO DE CARTAGO… 217 taginesa en Sicilia, que condujo a la derrota en la batalla de Himera (480 a. C.), en la denominada Primera Guerra Greco-Púnica, se consideraba (debe indicarse que la cuestión es muy discutida por parte de la historiografía) que la misma se produjo a partir de un tratado que había sido concluido con el imperio persa para enfrentar a los griegos, que condujo a Cartago a nombrar a Amílcar como Strategos o general en jefe, por ser el más célebre de sus oficiales16. De igual forma, muchas décadas más tarde, en la sucesión de las tensiones entre las propias ciudades griegas de Sicilia, los habitantes de Egesta remitieron una embajada a Cartago para solicitar la intervención de los púnicos a su favor: el Senado cartaginés así lo aprobó y decidió nombrar como Strategos a Aníbal, del que se indica que era hijo del Amílcar antes mencionado, un personaje que ejercía en ese momento el mando superior en la ciudad norteafricana.17 Estos datos correspondientes al siglo V a. C. son bien significativos de lo que caracterizó al ejército de Cartago hasta la primera mitad del siglo III a. C. Aún y así, es cierto que Cartago desde la Primera Guerra Púnica era un Estado que ya disponía de un fuerte ejército permanente, pero este hecho fue totalmente distinto de lo que sucedía con anterioridad. Hasta en-tonces el cuerpo realmente permanente de soldados cartagineses era mínimo y exclusivamente formado por ciudadanos que servían para la defensa en el interior del territorio africano, o constituían las poco conocidas milicias ur-banas. Cuando era precisa la organización de un cuerpo de ejército para lle-var adelante una guerra, generalmente en el exterior, se adoptaba por parte del Senado18 esa decisión política y se producían dos hechos fundamentales subsiguientes a la correspondiente aprobación de los fondos para financiar el conflicto: la organización de una recluta más o menos amplia de solda-dos y de forma necesariamente complementaria, el nombramiento de un general, de forma extraordinaria, pero excepcional, dos19, que era puesto al frente de ese ejército. 16  DIOD. XI, 20. 17  DIOD. XIII, 43. En el texto se señala que ejercía “la realeza” pero la monarquía ya no existía desde hacía siglos en la ciudad. Por esta razón se interpreta con notable verosimilitud que Aníbal era en esos momentos el Sufeta o máxima magistratura. 18  Respecto a la Primera Guerra Púnica siempre Polibio recoge la orden de la guerra desde Car-tago con un indeterminado “los cartagineses”. Nos parece bastante claro que esa autoridad de las decisiones no era otra que la del innominado Senado. El mismo reaparece como autoridad interviniente en POLIB. I, 68 pero ya en relación con la revuelta de los mercenarios después del final de la guerra. Sin embargo, debe indicarse que en el momento del ataque del tirano Agathocles, a finales del siglo IV a.C., el mando del ejército que se le enfrentó fue nombrado por el Senado; DIOD. XX, 10. 19  Solía ocurrir en el caso de conflicto militar en África, como sería la famosa revuelta de los mercenarios e insurrección de los africanos después de la Primera Guerra Púnica, cuando Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 217-238. ISSN: 0482-5748


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