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226 ENRIQUE GOZALBES CRAVIOTO nos interesa en relación con el marco cronológico de nuestro estu-dio. Diodoro de Sicilia afirmaba que los cartagineses tenían formado su ejército a partir de tropas reclutadas en todas las naciones, unas personas de poca civilización y propensos a la rebelión, en especial cuando no cobraban a tiempo. En cierta ocasión unos 6.000 de ellos, no recibiendo la soldada, se amotinaron frente a sus mandos que se hallaban sin plata para poder pagarles. El Senado cartaginés hizo lle-gar la orden secreta, pero taxativa, de su castigo sin contemplaciones. De esta forma, mediante el engaño, los embarcaron y los llevaron a una isla donde desembarcaron a los culpables y los abandonaron, de tal forma que la pequeña isla se cubrió de osamentas50. En lo que respecta a la procedencia de estos mercenarios, las refe-rencias que se hacen acerca de los lugares es ampliamente genérica, de tal forma que la consideramos en su conjunto como simplemente de una orien-tación geográfica (por tanto, no tanto cultural o nacional como en muchas ocasiones se ha considerado). Sin duda, los contingentes más importantes de forma individual fueron los de distintos pueblos africanos51, que fueron incorporados al ejército cartaginés sobre todo en la transición del siglo V al IV a. C., y que fueron mayoritarios (en las actuaciones fuera de África) en este último siglo: de hecho, Polibio llegó incluso a asumir que la desventaja del mercenariado cartaginés estribaba en que los luchadores itálicos eran fí-sicamente y anímicamente superiores a los púnicos y africanos52. En alguna ocasión aparecen citados los africanos de las zonas cercanas a Cartago, es de suponer que de su territorio propio de dominio, pero en otras se alude expre-samente a los númidas y a los moros, que reflejan reclutamientos realizados en Argelia y en Marruecos53. Si acaso pudiera servir de orientación, en el ejército de Aníbal figuraban moros, númidas y también en la retaguardia del mismo, ubicados en Hispania, se mencionaban a otros pueblos.54 50  DIOD. V, 11. 51  Así aparecen mencionados en muy diversos momentos en los siglos V y IV a.C.; DIOD. XIII, 44; XIII, 54; XIII, 80; XIII, 49 con toda probabilidad; XIII, 54. 52  POLIB. VI, 52, 10. 53  Sobre el reclutamiento de moros en el ejército de Cartago vid. recientemente GOZALBES, E.: “Aspectos y problemas del Marruecos antiguo”, Hespéris-Tamuda, 49, 2015, pp. 24-26. 54  POLIB. III, 33, 15-16 menciona los soldados dejados en protección de Hispania en el mo-mento de su marcha hacia Italia, e incluye entre ellos a 450 jinetes libiofenicios y africanos, 1.800 númidas, aclarando que se hallaban masilios, masilios, macneos (desconocidos por otras fuentes) y moros de la costa del Oceáno. Por tanto, junto a africanos y libiofenicios (púnicos de otras ciudades) poblaciones de Argelia y Marruecos. Gana credibilidad pues se-ñalaba que los datos los consultó en una tabla de bronce hecha grabar por parte de Aníbal y que mandó ubicar en el santuario de cabo Lacinio en Italia, ubicado a pocos kms. de Crotona. Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 226-238. ISSN: 0482-5748


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