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fuerzas armadas Vista del puente de gobierno. La oficial ayudante de derrota (izqda.) coordina la labor del personal de maniobra y navegación. Martínez, coordinador del personal del servicio de vuelo durante las operaciones aéreas, cuyos componentes se distinguen, en los 5.440 metros cuadrados de cubierta, por sus chalecos de colores. O el brigada Cristóbal Díaz, suboficial de máquinas que opera en la Cámara de Control Central, quien se congratula de navegar en el único buque de la Armada que tiene un sistema de propulsión eléctrica y un sistema de control de plataforma totalmente informatizado que puede monitorizar más de 50.000 señales en tiempo real. PARÉNTESIS EN LAS ACTIVIDADES Mientras dura el zafarrancho de combate, en el Juan Carlos I se interrumpen las actividades cotidianas, por ejemplo, las consultas ambulatorias que de nueve a doce de la mañana y de cinco a seis de la tarde en las que se atiende al personal franco de servicio. «Mareos, gastroenteritis y traumatismos son las principales patologías que atendemos los tres enfermeros de dotación del barco», dice uno de ellos, el teniente sanitario Jorge Ballesteros. En la base de la «isla», junto a la cubierta de vuelo, se suspenden los briefing del controlador de tránsito aéreo, el meteorólogo y el oficial de operaciones aéreas con los pilotos de la 9ª y la 5ª escuadrilla que tienen lugar un par de horas antes del despegue de los Cobra y una hora y media del de los Morsa (como se conoce a los Harrier y los Sea King, respectivamente). También se anulan los encuentros en la bodega de carga principal, en la misma línea de flotación del buque, con los miembros del Grupo Naval de Playa, encargados de operar las cuatro lanchas de desembarco LCM que puede lanzar el buque desde sus diques. Asimismo, el personal del Estado Mayor del Grupo de Acción Naval 2 abandona sus reuniones de trabajo dedicadas a la preparación y el adiestramiento del propio Juan Carlos I, los buques anfibios Castilla y Galicia y el ya citado Grupo Naval de Playa. El segundo de a bordo, el capitán de fragata Emilio Aceña, es quien coordina la labor de equipo de los técnicos y especialistas de la dotación. Además, ejerce de jefe de personal y se ocupa de que las unidades externas al buque se adapten a la vida en alta mar, por ejemplo, la UNAEM, el Estado Mayor de la Fuerza de Acción Naval 2 o la Fuerza de Desembarco. En su opinión, «este buque es el más exigente de la Flota, no solo por ser el más grande, también porque es el más completo y polivalente». En este sentido, destaca las diferencias con el anterior buque insignia de la Armada, el Príncipe de Asturias, en el que también estuvo antes destinado: «Aportaba la capacidad Febrero 2019 Revista Española de Defensa 27


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