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75 lanzas, no sin desorden; por ello es más conveniente situar a vanguardia algún cuerpo de lanzas que los defienda, de manera que marchando las lanzas tengan los arcabuceros a su retaguardia, con el fin de que ante cualquier suceso repentino se puedan ayudar las unas a las otras, sin desorden. El autor, que trata la manera de ordenar en batalla, recuerda que «todas las reglas dadas sobre asuntos militares están dirigidas al fin de llegar a una batalla bien ordenada, como medio más necesario para esperar la victoria». La caballería ligera puede estar dispuesta y ordenada en batalla de cuatro maneras: ——Primera a la fila, cuando una tropa marcha detrás de otra no debe ser usada por el temor de que cuando el primer escuadrón sea desecho lo sean también los otros que le siguen, y es una falta grande el hacer pelear tan poca gente en un estrecho. ——Segunda, el hacer frente todas las tropas en una línea recta, que tiene dos faltas muy notables. Ordenadas así las tropas no se pueden defender la una a la otra y, al no tener ninguna de respeto, existe el peligro de desordenarse con el primer incidente que pudiera sobrevenir. ——Tercera, los escuadrones mezclados de cierto número uno detrás de otro; es aquella de tres o cuatro escuadrones de frente, con tales distancias de uno a otro que otros tantos escuadrones hecho así mismo puedan pasar entre ellos sin embarazo; esta formación parece mejor que las anteriores, pero no es muy propia para este género de armas, pues existe peligro de gran confusión. ——Cuarta, «media luna», que es la mejor; las tropas de arcabuceros deben marchar alternativamente a la cola de las lanzas y deben adelantar al combatir por el lado derecho a las que le preceden, de suerte que hagan un mismo frente, con una distancia de unos a otros hasta 30 o 40 pasos. La primera tropa comienza por la punta del cuerno derecho, la segunda se pone al costado izquierdo de la precedente, con el frente retirado un poco más adentro, y así seguirán las demás hasta el medio, desde el cual irán las otras saliendo hasta el extremo del cuerno siniestro, haciendo que dichos puntos derecho e izquierdo queden en igualdad. Entonces se verá cómo en medio se hace un gran seno en la retaguardia, en el cual se ponen a una distancia de 80 pasos dos tropas de reserva o una por lo menos. Los arcabuceros se distribuyen de tal suerte que las extremidades de los dos cuernos estén defendidas por las lanzas. Hecha la ordenanza5  de este modo, se dará la orden de quién ha de cerrar primero, haciendo de ordinario que comience la pelea por los extremos, siguiendo los otros hasta en centro, y si no es suficiente para la victoria cerrarán las tropas de reserva, que son las que darán ganado el juego. Teniendo la forma lunar la ventaja que todas las fuerzas se pueden flanquear la una a la otra, tanto para la defensa como para ofender al enemigo y de cualquier tropa, que en cualquier lugar les quisiese apretar. Antes de iniciar la acción se enviará algún número de arcabuceros, no de la formación, que esparcidos por la campaña, sin hacer cuerpo, reciban al enemigo molestándole por todos lados con sus tiros y no halle este enemigo entre ellos con quien cerrar. En el combate la caballería puede George Basta hallarse unida al ejército, en el que


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