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LA OFICINA PROCAUTIVOS DEL PALACIO REAL DE MADRID... 79 perios Centrales, que fueron denominados por el nombre del principal país de este grupo, “germanófilos”.15 La ilusión de una guerra corta se acabó bien pronto al fracasar las grandes ofensivas del inicio de la guerra y España se convirtió, como el mayor de los países neutrales europeos16, en una zona estratégica de primer orden, de hecho al poco de empezar la guerra el Gobierno ofreció a Francia la garantía de que atendería todas sus peticiones de abastecimiento, en la medida que le fuera posible.17 De hecho Francia se encargaría de controlar el “asunto español”, dejando claro a sus aliados que era un tema prioritario para los intereses estratégicos de su país, como de hecho lo fue, ya que en los años siguientes los campos y las fábricas españolas se convirtieron en los grandes suministradores de armas, equipamiento, animales, comida, materias primas, etc. para el ejército francés,18 y además antes de terminar el año (en otoño) España tuvo que adherirse a la XIII Convención de la Haya sobre el comportamiento de los neutrales en un conflicto, a requerimiento de Gran Bretaña, para no sólo impedir que los beligerantes hicieran actos hostiles contra sus enemigos en las costas y aguas territoriales españolas, sino sobre todo a que no se utilizaran sus costas y aguas como bases de operaciones navales contra otros países, como parece ser que estaba ocurriendo en Canarias con los buques alemanes, que era el motivo de la queja y la fuerte presión británica para que España firmara esta convención. 1915 fue el año de la incertidumbre, los contendientes se dieron cuenta de que la guerra no tenía un claro horizonte de finalización y que sus reservas estratégicas se agotaban a un ritmo que sus fábricas no podían reemplazar, por lo cual el conseguir abastecimientos de terceros países se convirtió en un elemento indispensable de la guerra, creándose así una especie de “frente de guerra” comercial, tan importante como los militares. Este hecho hizo que el “control” sobre los sucesos que se desarrollaban en España fuera cada vez más importante para los beligerantes, cuyos servicios de informa- 15 Sobre este tema ver CEAMOR, Hermógenes: Los intereses materiales de España en la guerra europea. Librería de la Viuda de Pueyo, Madrid, 1916; DÍAZ PLAJA, Fernando: Francófilos y germanófilos. Dopesa, Barcelona, 1973. 16 En especial tras la entrada en la guerra de Italia en el bando aliado (mayo de 1915), con el que había llegado a un acuerdo muy ventajoso en ganancias territoriales para después del conflicto (Pacto de Londres de abril de 1915). 17 Fernando León Castillo, manifestó, con motivo de su incorporación a la embajada española en París (1916) que “Somos neutrales en la Gaceta, pero no en el espíritu, porque no podemos aguardar indiferentes e impasibles el resultado de esta contienda, con el cual están ligados nuestros intereses, los más vitales”, en GIMENO GARCÍA-LOMAS, Diego: op. cit., p.27. 18 Sobre este tema ver el interesante artículo de Ramos Fernández, Fernando y Caldevilla Domínguez, David: “Dos caras de España en la I Guerra Mundial: De la mediación humanitaria de Alfonso XIII al suministro logístico a ambos bandos”, en Historia y Comunicación Social, Vol. 18 (2013), pp. 223-244. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2019, pp. 79-98. ISSN: 0482-5748


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