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DOCUMENTOS INÉDITOS SOBRE EL COMBATE DE CAVITE »Dentro de la bahía se hallaban establecidas, una batería33 de 15 cm. Ordóñez en Punta Sangley; un cañón de 12 cm. del Ulloa, en el taller de mixtos de Cañacao; dos piezas de 24 cm. de la Comisión reformadora, modelo 35, y otras dos semejantes en el Camino Cubierto. A estas piezas fue necesario transformarles el montaje para que pudiesen tirar a 8.000 mts., pues con su primitivo sistema solo podían tirar a 5.000. Además existían dos baterías de obuses de avancarga de 21 cm. y respetable ancianidad y otras baterías de cañones de bronce, lisos unos y rayados los otros, pero todos de avancarga y más propios para hacer estatuas que para defenderse. Nada más teníamos y como bien claramente se ve, el enemigo pudo bombardearnos desde 8.000 mts. sin que le pudiésemos causar el menor daño. »Mientras el personal destinado a ello se ocupaba de montar las famosas defensas, reunió el Almirante á los más caracterizados Jefes de la Marina, con el objeto de discutir el plan de combate. No fueron pocos los que idearon seguir aquí la conducta de los marinos rusos en Sebastopol, pero ¿qué tiempo había para construir las baterías? ¿Donde se encontraba el material necesario? Preguntas eran estas difíciles de contestar y que afortunadamente hicieron desechar este plan, porque si después de batirnos se nos tachó de cobardes ¿que hubiese sido, si como el sentido común dicta, hubiésemos abandonado los buques? Por otra parte, el esconder los buques en los distintos puertos del archipiélago, además que para nuestro ilustrado vulgo sería una cobardía, ofrecía la dificultad de no estar los buques con velocidad ni radio de acción que les permitiese prolongar mucho el escondite y la de no haber depósitos de carbón suficientes para estar mucho tiempo con el peligroso juego, así que no me equivocaré mucho, creyendo que este plan no daría otro resultado que el que nos fuesen cazando uno por uno y quizás se hubiesen apoderado de nuestros buques, con lo cual iban divertidos. No queda pues otro plan que el hacerse fuerte en un punto; conocedores todos de lo poco o nada que podía esperarse de las defensas de Manila, teniendo en cuanta las magníficas condiciones que tanto para defenderla como estratégicas reunía el puerto de Olangopó34 Subic; se decidió por unanimidad que nuestros buques se refugiasen en él, combinándose con las autoridades del Ejército para que se montasen en la Isla Grande dos baterías de a dos cañones Ordoñez de 15 cm. que de haber podido montarse, hubiesen dado excelente resultado. Al mismo tiempo se comunicaba a (33)  Nota del autor del informe: «Esta batería empezada en tiempos del conflicto de Las Carolinas, estaba terminada, fue proyectada para 2 cañones de 30,5cm. que no llegaron a mandarse al Archipiélago, y otros 2 de 15 cm. cuya misión no era otra que defender los flancos, estando emplazados en dirección E el uno, y O el otro, por lo cual, no batían el espacio destinado a ser batido por los de 30,5 y venían a formar dos baterías e lugar de una, siendo útil una nada más, pues la ora solo podría utilizarse cuando el enemigo cometiese la imprudencia de ponerse delante». (34)  Según Camilo de Arana, es Olangopó. Derrotero del archipiélago filipino, Dirección de Hidrografía, Madrid, 1879. Año 2019 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 87


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