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cultura Mapa del atlas Orbis Terrarum (s. XVI) de A.Ortelius, monumento a Avilés en su tierra natal y Carta Real a … Capitán General de la armada ... de la Carrera de Indias. Archivo del Museo Naval habían naufragado y sus tripulaciones estaban diseminadas por la costa un poco más al sur. Salió de nuevo con sus hombres y dio con los franceses, en su mayoría corsarios que acostumbraban a obrar con gran violencia en sus saqueos y pillajes. Los católicos fueron de nuevo redimidos, no así los hugonotes, que Ayuntamiento de Avilés Museo Naval fueron degollados o huyeron a la selva, donde quedaron a merced de los indios. Con el tiempo, la situación en San Agustín llegó a ser extrema por la falta de víveres y aislamiento. Avilés buscó socorro en Cuba, siéndole denegado, decidió dirigirse a España para solicitar el favor real. Felipe II se mostró generoso con su adelantado y le colmó de honores, entre ellos la concesión de la Orden de Santiago, además de nombrarle gobernador de Cuba. Pero en su ausencia, los corsarios aprovecharon para atacar el fuerte de San Mateo y ahorcaron a la guarnición con la connivencia de los indios, quienes tampoco habían permitido que la acción evangelizadora se extendiera más allá de los asentamientos españoles. Las dificultades no amilanaron a Avilés, que persiguió con tenacidad a los corsarios, fundó seminarios para instruir a los indígenas y alentó las misiones franciscanas. Por otro lado, puso también su esfuerzo y conocimientos náuticos en explorar la costa norteamericana, llegando hasta el actual estado de Virginia y levantando la primera carta geográfica del canal de las Bahamas. Estuvo consagrado varios años al gobierno de Cuba y La Florida hasta que su monarca, apretado por los rebeldes flamencos, tuvo que apelar de nuevo al marino asturiano para que se hiciera cargo de una potente armada en auxilio del ejército de Flandes. De vuelta a España, al poco de reunirse en Santander con la flota a su mando, Avilés cayó gravemente enfermo y falleció un 17 de septiembre de 1574. RESPETADO POR SUS ADVESARIOS Desaparecía con Pedro Menéndez un gran marino, señor del mar Océano, donde su nombre era pronunciado por sus enemigos con una mezcla de respeto y temor, pero también moría con él un buen estratega. El asturiano está considerado como el verdadero organizador de la Flota de Indias y un notable ingeniero naval, que llegó a diseñar sus propios barcos. Fue, en definitiva, un hombre polifacético que defendió lealmente y en toda circunstancia la bandera de su monarca frente a propios y contrarios. Tuvo su reconocimiento en forma de honores y en el ejercicio de cargos relevantes. Su mayor virtud, sin embargo, radicó en acudir pronto al lugar donde fue requerido y, siempre, cumplir la misión encomendada, con la mayor eficacia, reduciendo a sencillo lo extremadamente complejo, tal y como supieron hacer siempre los grandes capitanes. Germán Segura García 64 Revista Española de Defensa Septiembre 2019


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